Me siento en el sofá con Choco a mi lado y el ramen sobre mis piernas. Doy vueltas a la pasta con los palillos, veo el humo salir y quemar mi rostro, el delicioso olor se hunde en mis fosas nasales. Antes de comer, y aunque tengo mucha hambre, dejo el ramen a un lado y levanto la gran camiseta de Hyukjae para verme el torso. La arrugo entre mis dedos a la altura de las axilas y miro hacia abajo, hacia mi cuerpo delgado. Puede que él tuviera razón, que la depresión haya causado mi extrema delgadez y ahora realmente me gustaría poder engordar. Porque recuerdo su cara al mirarme, su mueca de lástima, disgusto y asco, y no sé que es peor. No quiero que me mire así, si voy a vivir, al menos quiero que deje de mirarme con lástima.
Cruzo las piernas sobre el sofá e incluso llego a sentir que soy una persona normal mientras como y veo la televisión. Pero no lo soy y no lo seré jamás y esos anuncios que ahora mismo aparecen en la televisión solo me recuerdan con más fuerza que soy un maldito hipócrita. Aprieto los palillos entre mis dedos, siento la humedad expandirse por mis ojos y me decido a buscar el mando a distancia. Necesito encontrarlo antes de caer.
“Yep yep! ¿Una bebida refrescante? ¡Felicity! La bebida de... ¿quien? Oh, sí ¡La mía!...”
Dejo el ramen sobre la mesa. Rebusco con brusquedad entre las sábanas que cubren el sofá, me levanto y golpeo sin buscar realmente los cojines.
Cállate...
“¡Compra Felicity y serás como yo!”
Cállate.
¡Cállate!
“¡¡Porque Aiden Lee siempre está feliz!!”
-Cállate...por favor, ¡cállate!...
Caigo de rodillas. Me llevo las manos al rostro y lloro. Dejo que las lágrimas fluyan como llevaban tiempo sin hacer. Me hago bola en el suelo, muevo la cabeza de lado a lado. Los segundos pasan, los espasmos del llanto comienzan a ser incómodos y en la televisión están hablando de mí.
Un portazo resuena en la casa. No me muevo ni un centímetro pero sé quien es y que viene corriendo hacia mí. Sus brazos me rodean, me doy la vuelta y me aferro a su camiseta y a su pecho. Noto un movimiento de su cuerpo y luego la televisión deja de sonar.
-Hyukjae...
-Sshh...-Me acaricia la espalda de arriba abajo con tanta suavidad que llega a calmarme. En silencio, sigue acariciándome.
Las lágrimas cesan, los temblores en mi cuerpo también y dejo de esconder la cara en su cuello para mirarlo; tiene una sonrisa, esa sonrisa de encías que hace horas ha evitado que me ahogara en la bañera. Sin embargo aunque he parado de llorar, él sigue paseando sus manos por mi espalda. Sube una a mi rostro y aparta un mechón de mi frente. Siento las mejillas calientes. Pero no puedo dejar de mirar su sonrisa, esas encías rosas debajo de unos labios gruesos y enrojecidos, unos labios que...se están ¿moviendo?
-...or?
Pestañeo y me siento ruborizar más. Su risa me gusta y no es algo que él no sepa; tiene la risa de un ángel e incluso el comportamiento de uno.
-No has oído una palabra de lo que he dicho, ¿verdad?
Miro el suelo, mis dedos entrelazados bajo su gran camiseta. Sus dedos fríos me cogen de las mejillas y me levanta la cabeza con cuidado. Estamos cerca, su mirada fija en mis ojos que de seguro están rojos e hinchados.
-He dicho: ¿ya estás mejor?
Oh
Asiento y me noto más tímido que nunca. Algo parece clavarse en mi pecho, algo que me hace reaccionar y alejarme de él como si tuviera una enfermedad muy contagiosa. Su sonrisa se borra unos segundos, los suficientes para que yo sepa que no esperaba esa reacción; luego vuelve a sonreírme y se levanta.
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Everybody's fool [EunHae]
FanficDonghae quería morir, hasta que Hyukjae lo salvó. -- No me he tomado el tiempo de corregir esta historia, por lo que probablemente encontréis errores de tipeo. Espero que no os importe demasiado :') ❤