Everybody's fool [EunHae]

Capítulo 31

Pov Hyukjae

Acaricio su brazo una y otra vez. Su cabeza se frota en mi pecho y lo oigo respirar. No está llorando, no está durmiendo, solo está ahí, escuchándome cada vez que le digo que todo está bien. Todo lo malo ha terminado, y lo que no lo ha hecho está a punto. Lo sé, porque Heechul me lo ha prometido.

-Tenemos que ir a un sitio. -digo, mirando el techo. Siento su nariz moverse sobre mi cuerpo- Te pondrás muy contento cuando la veas.

-¿A quién?

Bajo la cabeza y lo miro. A pesar de que ya está más tranquilo, sus ojos siguen rojos y su voz tiembla. Paso la mano por su pelo con cariño y me noto sonreír.

-No puedo decírtelo. -abre la boca para protestar, pero llevo la mano a sus labios y los acaricio para que no hable- Aubque podemos ir ya si quieres saberlo.

Aparta la mirada, pensativo. Luego asiente y me abraza con fuerza.

-Gracias.

-No me las des a mí. -sé que espera que añada algo más, pero no pienso hacerlo. Quiero que se sorprenda cuando vea a Heechul con su madre. Quiero verlo saltar de alegría y que ella lo apriete entre sus brazos como lo estoy haciendo yo ahora.

Beso su frente una y otra vez hasta que las ganas de verlo feliz me consumen y lo aparto de mi cuerpo con muchísima suavidad. Cuando mis pies tocan el suelo, extiendo mis manos y le sonrío. Él me mira, de rodillas en la cama. Luego se mira a sí mismo, cierra las piernas y tira del borde del jersey hasta que le tapa totalmente los muslos. Sé que se está aguantando las lágrimas.

Odio tanto verlo así. Odio tanto saber lo que le ha hecho a su cuerpo. Pero me alegra tanto saber que no ha llegado a más y que dentro de poco todo terminará. Cojo aire por la nariz cuando lo veo morderse el labio; una gota cae por su mejilla.

-Hae…-mi cuerpo se acerca inconscientemente a la cama. Me inclino hacia él y meto una mano bajo su cabeza, empujando su barbilla hacia arriba. Ha empezado a llorar otra vez. Suelta el labio, deja salir sollozos, estira los brazos y se lanza sobre mí- Ya está, Hae, ya está.

-Lo siento. -entierra la cara en mi cuello. Niego con la cabeza, acariciándole la espalda una y otra vez muy despacio. Sus dedos se cierran en mi espalda- Y-yo...compraré una crema...o algo…

Una sonrisa se plasma en mi cara. Lo tomo de las mejillas y lo miro mientras limpio sus lágrimas con los pulgares. Cierra los puños sobre sus muslos, ruborizándose. Es hermoso, es tan hermoso.

-¿Para qué? -no responde. Tira aún más del borde del jersey y sé con creces a qué se refiere- ¿Quieres borrarlas?

Asiente.

-Son horribles.

-No lo son. -sus ojos brillan confusos. Me siento a su lado en el colchón y, con un movimiento no demasiado brusco, lo empujo sobre mi regazo. Pongo ambas manos sobre sus muslos- Son preciosas, como tú.

Y vuelve a asentir, como si intentara convencerse a sí mismo de que tiene que creerme. Subo y bajo los dedos, paseándolos con parsimonia, paro cuando llego al borde de sus bóxers y repito el camino otra vez.

-¿Por qué haces eso? -pregunta de repente. Sus manos se cierran en mis hombros y sus ojos parecen húmedos de nuevo- ¿Por qué las acaricias?

-¿Por qué no? -abre la boca. ¿“Porque son horribles”? Sé lo que va a decir. La cierra antes de hacerlo y dejo las caricias para rodear su cadera y abrazarlo- No me importa que tengas cicatrices. Solo me importa la razón por la que están ahí y sé que nunca volverá a pasar.