Everybody's fool [EunHae]

Capítulo 26

-Me gusta todo tipo de música. -mentiroso- Sobre todo las canciones felices. -falso- Ya que representan mi estado de ánimo. -te odio- No por nada soy Aiden Lee, ¿verdad?

¡Cállate de una vez!

Las cámaras se apagan después de más y más preguntas estúpidas y respuestas que no son verdad. Me levanto y hago una reverencia, diciendo lo mismo de siempre: gracias por permitirme estar en tu programa. La presentadora me revuelve el pelo sonriente, murmurando lo adorable que soy. Hace dos días que llegamos a Los Ángeles, dos días en los que lo único que he hecho ha sido ir a fiestas, cenar con gente que supuestamente me importa, fingir que Siwon es mi mejor amigo, sacare fotos, salir en la televisión y sobre todo no dejar de sonreír. Me duele la cara de tanto forzarla y me arden los ojos.

Pero es mejor así, ¿verdad? Si estoy lejos, nadie sufrirá por mi culpa.

Salimos del plató y por fin oigo cómo Sunny le dice al chófer que vamos al hotel. Me hundo en el asiento, cerrando la ventana negra y apoyo la sien en ella. Necesito dormir, pero no puedo hacerlo en el coche.

-Mañana tienes una comida con Lee Seungri.

Asiento, cierro los ojos e intento descansar un poco. Cuando llegamos al hotel me doy cuenta de que el cielo no era negro por la ventana tintada o las gafas de sol que llevo, sino porque aquí ya es de noche. Sacudo la mano y sonrío lo mejor que puedo para todas esas personas que me esperan fuera. Hago un par de reverencias y dejo que el guardaespaldas agresivo me empuje hacia dentro.

Sunny me da la llave de mi habitación y me enseña su móvil. Va a tenerme vigilado todo el tiempo.

-Si haces algo, me enteraré.

Guardo las manos en los bolsillos del pantalón y asiento, levantando los hombros. ¿Qué quiere que haga? Ni siquiera sé dónde estoy, no conozco a nadie. Aún tengo la marca de la mano del guardaespaldas nuevo en el brazo. Ni siquiera he podido resistirme a ir con ellos, ese hombre es demasiado bestia.

-Sunny...-murmuro, apartando la mirada- ¿Puedes traerme unas revistas?

Sonríe complacida y cierra la puerta de mi habitación después de indicarme que me las traerán unos botones.

La habitación es enorme. Tiene una cama de matrimonio y una televisión de pantalla plana justo enfrente. Me hubiera sentido mejor en un agujero. Una puerta blanca da al baño y no dudo un segundo en abrir la maleta, coger el pijama y entrar en él. La bañera es justo de mi tamaño.

Dejo que el agua caliente me relaje todo el cuerpo y las burbujas de jabón se deshagan de la suciedad del maquillaje. Cómo me gustaría que hubiera algo lo suficiente capaz para borrar todo lo malo que he causado. Yongguk debe de odiarme ahora mismo; sino me hubiera ayudado conservaría su trabajo. Y Hyuna podría seguir siendo feliz con su novio. Si simplemente no los hubiera hecho entrar en mi vida ellos seguirían siendo felices.

Maldito Donghae.

Cojo aire y me hundo en el agua, apretando los ojos. Su cara es la primera que aparece cuando no veo nada. Su sonrisa, sus ojos, su voz, todo él me recuerda que soy un tonto. Pero he sido lo bastante listo para alejarme antes de que nada malo le ocurra. No soportaría que su vida también se destrozara por mi culpa.

Lo siento, Hyukkie, pero todo será mejor ahora.

Me estoy quedando sin aire y no quiero salir. Quiero quedarme un rato más, sentir que me ahogo y tal vez dejar de ser el tonto de una vez.

-Le traigo sus revistas. -mi cuerpo sale sin que yo se lo permita- Se las dejo sobre la cama.

La puerta se cierra y yo me tiro del pelo. Cojo aire de forma agitada, sintiendo las lágrimas salir por fin y me tapo la cara con las dos manos. ¿Por qué no puedo simplemente terminar con todo? Ya no me queda nada. No hay nadie que me quiera, todos aman a Aiden Lee. Donghae es solo un imbécil.