Capítulo 21: Resistir Dejó de ser una Opción

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Ese sentimiento de que falta algo en tu vida. Ese miedo que invade a todos cuando ya han usado todas sus cartas y se enfrentan a alguien superior y que saben que les ganará.
- Supongo que es así como te sientes, monstruo del demonio. -sonrei al ver una oportunidad después de tanto recibir golpes

- Solo alargas mi cacería más de lo suficiente. El resultado será el mismo, puedes preguntarle a tus amigos. -una pícara y putrefacta mueca similar a una sonrisa se asomó en su rostro

- Solo hablando no me demuestras nada, engendro. -me coloqué en posición de combate

- ¡¡¡CÁLLATE!!! ¡¡EL CORDERO NO TIENE DERECHO A HABLARLE ASÍ AL LOBO!! -gritó mientras se esfumaba con su velocidad sobrehumana

- Vamos. No me defrauden, nuevos poderes. -corrí para chocar contra él, a la par que unos cristales celestes de apenas unos cuantos centímetros rodeaban mis manos y con una mano sujetaba la Espada del Destino- ¡¡¡CONFÍO!!!

 -corrí para chocar contra él, a la par que unos cristales celestes de apenas unos cuantos centímetros rodeaban mis manos y con una mano sujetaba la Espada del Destino- ¡¡¡CONFÍO!!!

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La criatura hizo acto de presencia con un corte rápido realizado con su estoque, con el objetivo de rebanarme la cabeza.
Interrumpí el golpe interponiendo mi espada; me planté en el suelo antes que mi cuerpo se viera arrastrado por el impacto. Un aura de viento empezó a dominar el lugar, cada vez sentía como el aire se sentía más cortante.
Con un ágil movimiento de su arma apareció una onda expansiva que cortaba todo a su paso, sin embargo al momento de cubrirme con mis brazos los cristales sirvieron de protección momentánea hasta que salí ligeramente levantado por los aires, hasta aterrizar a unos metros de él.
- Es... ¿Es todo lo que tienes? -poco a poco me levantaba mientras más cristales iban apareciendo en el ambiente sin un orden aparente

Hubo un silencio sepulcral hasta que empezó a lanzar golpes al aire con su estoque sin razón.
Solo segundos después una luz rojiza se hizó presencia en cada una de las partes dónde su estoque había tocado en el aire.
- Esto no tiene buena pinta. -sujete con fuerza en mango de la espada

- ¡¡Voy a apagar tu alma!! -un silbido retumbó en mi oído cuando de la nada una ráfaga similar a un disparo atravesó muy cerca de mi oreja; no solo eso, cada punto rojo empezó a hacer lo mismo

Mi cuerpo por inercia comenzó a tratar de esquivar cada corte, también rodando y buscando una zona segura a la par que cubría algunos imapctos con mi espada o los cristales del ambiente.
En un momento planté la espada en el suelo para usarlo como escudo esperando que se cese su ataque.

Una nube de polvo y residuos de rocas están evitando tener un mejor campo de visión.
Al levantarme para ubicar dónde estaba la criatura; en un segundo, podía ver el filo del estoque acercándose rápidamente a mi rostro. Como acto reflejo y al ver que mi espada seguía en el piso, solo atenté a protegerme con mi brazo; sin embargo este se recubrió de cristales y pudo resistir al golpe.
Por el otro lado saco su cuchillo y lo acerco peligrosamente a mi abdomen: momento que también me llegue a proteger con mi mano disponible.
Con ambas manos ocupadas empezamos a forcejear para liberarnos, él tenía más fuerza y yo tenía el tiempo contado para pensar que hacer.
- Eres débil. -mis brazos iban cediendo territorio hasta que sentí un crujido proveniente de uno de ellos

El Árbol de la Vida: Comienzo de una LeyendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora