Mi sueño se diluyó tras la llegada de los rayos solares que impactan con gran intensidad en mi rostro y cuerpo. Sin embargo eso directamente no fue el único factor: un sonido estrepitoso se depositó en mis oídos sin alerta alguna.
- ¡¿Qué pasó?!¿¿¿Ahora qué nos ataca??? -grité aterrado y caí irremediablemente de la silla generando un gran escándalo, estando en el suelo escuché como alguien entraba en la habitación- Vaya, no creí que te ibas a asustar tanto. -esa pequeña voz solo podía pertenecerle a Kleith, quien sostenía en su mano una especie de cuerno- Espera un momento ¿No me habías dicho que formaban parte del ejército de tu poblado Yoltuh? ¿No se supone que deberías estar adaptado a despertarte temprano? -me preguntó el chico
- Sí, pero usando un despertador o por mi propia cuenta, no un artefacto destruye tímpanos como ese. -dije señalando al objeto - ¿Esto? Es un cuerno de Magnaquénido. Y por lo que veo no sabes que animal es ese, yo tampoco. Solo le pedí "prestado" a Emerald. -levantó los hombros
- Hablando de ella, ¿Sabes dónde está? Dijo que teníamos que entrenar lo más temprano posible.
- Claro, después de "darme" el cuerno se retiró en dirección a las Praderas de Piedra. Me ordenó que te dijera que la vayas a ver allí y que se ubica a unos kilómetros en dirección este desde aquí.
- Okey... suena interesante, iré a desayunar antes de ir supongo.
- También mencionó que fueras tan pronto despiertes. Y en eso cuenta no tomar desayuno ni nada. -su mirada mandona no dejaba de apuntarme
- Al este ¿no? Está bien.
El chico salió de la habitación para posiblemente comer algo en ausencia de los mayores de la casa. Mientras ello, yo subí mi mochila tras encontrarla al pie de la cama y me coloqué alguna prenda que aún quedará limpia o completa. Como si se tratará de un flashback localicé la bufanda de Haylen, que desprendía el olor de su perfume pese a estar impregnada con mi sangre de la última de las peleas que tuve con un Verdugo en la aldea. Y pensar que todo sucedió hace tan poco solo me causaba más impaciencia de la que ya tenía. Lo dejé tendido en la cama y me dirigí hacia la puerta no sin antes despedirme de Kleith.
Siguiendo las indicaciones dadas por Emerald caminé por casi diez minutos hasta hallar una estructura más parecido a un cuartel de dos pisos y amplio que a una casa de las anteriormente vistas; con paredes pintadas y revestidas de placas plateadas y doradas y con pinchos afilados decorativos rodeando las afueras de la institución. Y a las afueras de ésta estaba ella.
Emerald vestía unos ropajes muy extraños: un casco ligero y no tan ostentoso de color azul claro y negro que cubría hasta la primera porción de la mandíbula, en el torso una coraza de metal azul oscuro con trozos abundante de tela verde que la recubren, las piernas usaban una tela negra y muy pegada a la piel pero gruesa que cubría desde su cintura hasta las rodillas en donde se cortaba para dar paso a unas botas metálicas plateadas y con diversos cortes para que sea más flexible. Todo un traje de batalla para una guerrera como ella.
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El Árbol de la Vida: Comienzo de una Leyenda
Fantasy"Las leyendas solo son leyendas" ... en un mundo como el nuestro, es algo ridículo creer que son solo eso historias irreales son más que eso ... ¿hablamos de grandes héroes y de criaturas fascinantes? ... la realidad nos ha enseñado que también hay...