Capítulo 15: El filo de una espada que clama por venganza

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La situación me había paralizado y helado la sangre de una manera que nunca había sentido antes; ante mí, el errante monstruoso que había atacado previamente ahora estaba en mi delante y muy enojado. 
- Te he estado observando desde la distancia, chico. Ahora vengo a terminar lo que empecé. -aun no me acostumbraba a su voz podrida y descompuesta

- ¡¡ALÉJATE!! ¡¡¡NO SABES CON QUIEN TE ESTÁS ENFRENTANDO!!! -solo se me ocurrió imponerme contra él, tal vez asustarlo mientras lo miraba con furia y determinación 

- Je. Debería asustarme, crees que ya no he visto suficiente muerte y sangre como para temerle a mi presa. -él intentaba mantenerse en pie pero parecía que sus articulaciones de doblaban y se descolocaban para acabar con él en su forma inicial- Cuando eres tú el que tiene miedo y no sabes quién soy. 

- Sé quien eres

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- Sé quien eres. -respondí de inmediato y a ese monstruo le llamo la atención

- ¿Ah, sí? Me gustaría verte intentarlo, ni yo mismo lo recuerdo. -soltó una risa compulsiva que iba desgastándose al final

- Fuiste un cobarde al saber que no podías ser el LOREN y robaste el arma que ahora posees en la mano, la STITALOR. 

- Un cobarde. ¿Eh? Si solo deseas acabar muerto puedes decirme así.

- Fuiste un monstruo en vida y ahora eres el reflejo de ello. No conozco lo que debes sufrir como "errante", pero como LOREN acabaré con ello como signo de compasión. -saqué la Espada del Destino preparado para lo que venga

- Parece que a alguien se le subió un poco el ego. La última vez te dejé casi muerto... ¿Qué te hace pensar que esta vez será al revés? -jugó con el estoque de su mano moviéndolo de un lado a otro

- Esta vez he entrenado lo suficiente para dar un mano a mano. 

- Esto va a ser más divertido. Que sepas que solo te dejé vivir la última vez... para que sea más... emocionante y si quiera mejores un poco. Pero ahora ya llegó el cazador para acabar con la vida de su... ¡¡PRESA!! -de un grácil movimiento se esfumó de mi vista entre los grandes estantes que se levantan en la biblioteca.

Con mis ojos y oídos iba siguiendo el paso del errante acechante, cuando sentí su presencia detrás de unas estanterías calculé el espadazo que debía darle; de un buen corte las partí en varios pedazos pero mi sorpresa fue que no estaba allí. 
Casi como una ventisca apareció detrás mío corriendo y salvajemente de un salto intentó incrustar su estoque en mi espalda epetidas veces sin éxito. 
- Una armadura resistente como la roca... -dio un salto hacia atrás y se aferró más a su arma- Necesitarás más que eso para evitar que te arranque el corazón. 

- YA LO VEREMOS. -volteé y embestía con fuerza contra él con tanta rapidez que podía observar una mueca de sorpresa en su leproso rostro

- Se nota que... has mejorado. Antes ni tocarme podías. -a centímetros uno del otro y con la espada atravesando levemente el lado izquierdo de su abdomen, resultando en una herida que goteaba una especie de sangre oscura casi negra

El Árbol de la Vida: Comienzo de una LeyendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora