La situación me había paralizado y helado la sangre de una manera que nunca había sentido antes; ante mí, el errante monstruoso que había atacado previamente ahora estaba en mi delante y muy enojado.
- Te he estado observando desde la distancia, chico. Ahora vengo a terminar lo que empecé. -aun no me acostumbraba a su voz podrida y descompuesta- ¡¡ALÉJATE!! ¡¡¡NO SABES CON QUIEN TE ESTÁS ENFRENTANDO!!! -solo se me ocurrió imponerme contra él, tal vez asustarlo mientras lo miraba con furia y determinación
- Je. Debería asustarme, crees que ya no he visto suficiente muerte y sangre como para temerle a mi presa. -él intentaba mantenerse en pie pero parecía que sus articulaciones de doblaban y se descolocaban para acabar con él en su forma inicial- Cuando eres tú el que tiene miedo y no sabes quién soy.
- Sé quien eres. -respondí de inmediato y a ese monstruo le llamo la atención
- ¿Ah, sí? Me gustaría verte intentarlo, ni yo mismo lo recuerdo. -soltó una risa compulsiva que iba desgastándose al final
- Fuiste un cobarde al saber que no podías ser el LOREN y robaste el arma que ahora posees en la mano, la STITALOR.
- Un cobarde. ¿Eh? Si solo deseas acabar muerto puedes decirme así.
- Fuiste un monstruo en vida y ahora eres el reflejo de ello. No conozco lo que debes sufrir como "errante", pero como LOREN acabaré con ello como signo de compasión. -saqué la Espada del Destino preparado para lo que venga
- Parece que a alguien se le subió un poco el ego. La última vez te dejé casi muerto... ¿Qué te hace pensar que esta vez será al revés? -jugó con el estoque de su mano moviéndolo de un lado a otro
- Esta vez he entrenado lo suficiente para dar un mano a mano.
- Esto va a ser más divertido. Que sepas que solo te dejé vivir la última vez... para que sea más... emocionante y si quiera mejores un poco. Pero ahora ya llegó el cazador para acabar con la vida de su... ¡¡PRESA!! -de un grácil movimiento se esfumó de mi vista entre los grandes estantes que se levantan en la biblioteca.
Con mis ojos y oídos iba siguiendo el paso del errante acechante, cuando sentí su presencia detrás de unas estanterías calculé el espadazo que debía darle; de un buen corte las partí en varios pedazos pero mi sorpresa fue que no estaba allí.
Casi como una ventisca apareció detrás mío corriendo y salvajemente de un salto intentó incrustar su estoque en mi espalda epetidas veces sin éxito.
- Una armadura resistente como la roca... -dio un salto hacia atrás y se aferró más a su arma- Necesitarás más que eso para evitar que te arranque el corazón.- YA LO VEREMOS. -volteé y embestía con fuerza contra él con tanta rapidez que podía observar una mueca de sorpresa en su leproso rostro
- Se nota que... has mejorado. Antes ni tocarme podías. -a centímetros uno del otro y con la espada atravesando levemente el lado izquierdo de su abdomen, resultando en una herida que goteaba una especie de sangre oscura casi negra
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El Árbol de la Vida: Comienzo de una Leyenda
Fantasy"Las leyendas solo son leyendas" ... en un mundo como el nuestro, es algo ridículo creer que son solo eso historias irreales son más que eso ... ¿hablamos de grandes héroes y de criaturas fascinantes? ... la realidad nos ha enseñado que también hay...