6. This is us

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Miró nervioso la pantalla de su teléfono, dando un toque sobre la superficie para que no se apagase. La conversación inexistente con Harry estaba ahí, en blanco, mirándolo como esperando que empezase a escribir. Maldita sea, estaba nervioso.

Sólo haz lo que te ha pedido. Envíale algo de información. La fecha, el sitio...¡algo!

Suspiró y miró una vez el calendario en su pared, seguro de la fecha pero aun así queriendo ser certero en sus mensajes.

Hey, Harry.
La celebración será el sábado de la semana próxima.
Será en el jardín, nada grande ni demasiado formal.

Hazme saber si necesitas alguna información mas sobre las fotos o... lo que sea.
-x- Louis.

¿Añadir un beso era excesivo?

No.

Si, definitivamente lo era. Borró ese detalle y envió el mensaje, bloqueando su teléfono y dejándolo boca abajo en su escritorio.

Hacía años que había dejado de morderse las uñas, pero se percató de que había vuelto al hábito cuando el sonido de un mensaje entrante hizo vibrar el teléfono sobre la mesa, sobresaltándolo y haciéndole retirar las uñas de entre sus dientes. Estúpido omega y maldito Harry.

-Solo espero que no sea un mensaje de publicidad. -Dio la vuelta al aparato con sus manos temblorosas y lo desbloqueó, leyendo la respuesta del rizado.

Hey, Louis.
Aún no he dicho que vaya a hacerlo.
Pero en caso de hacerlo, ese día estoy disponible, en un principio.
Si dijese que si...¿te importaría si fuese primero uno de estos días? Me gustaría tomar mediciones de la luz para saber cuanto de mi equipo necesito llevar.
H.

Tomó una respiración profunda, cerrando los ojos con fuerza antes de responder con dedos rápidos.

Ambos sabemos que quieres hacerlo.

Se mordió el labio. ¿Estaba pecando de confiado? Posiblemente. Pero si quería acercarse al chico antes de su próximo celo, estaba trabajando a contrarreloj. Volvió a escribir con rapidez, repasando el mensaje antes de pulsar enviar.

Puedes venir cuando quieras, sólo dime cuando te viene bien.

Pasaron los minutos y no llegó ninguna contestación. El omega revisó mas de diez veces que el mensaje hubiese sido entregado, de hecho la confirmación de lectura indicaba que habían sido leídos, pero no había nuevos mensajes por parte del rizado. Media hora mas tarde se resignó a que esa sería su última interacción por el momento y dejó el teléfono en su habitación dispuesto a hacer algo de vida familiar.

Fue el jueves de esa misma semana cuando a media tarde, su móvil vibró con un mensaje del rizado.

¿Está bien si me paso ahora?

Louis notó como su aliento se paralizaba en su garganta, dejando de respirar por unos segundos hasta que un manotazo de Fizzy lo hizo volver en sí.

Claro, ¿necesitas que vaya por ti a algún sitio?

Echó un vistazo a su reloj. Su madre pronto estaría de vuelta de su trabajo en el hospital y la casa estaba mas ordenada que la mayoría del tiempo, pero seguía habiendo cosas de todas las chicas y de él mismo por todas partes. Su teléfono vibró de nuevo.

Sólo envíame la dirección. Me las arreglaré.

Miró a su alrededor en un pequeño lapsus de pánico y tras enviar la ubicación al beta se puso en pie, dando un par de palmadas para llamar la atención de todas las Tomlinson.

-Chicas, tendremos visita en cualquier momento, así que por favor, por favor, por favor... os agradecería que cada una llevase su mierda a su propio cuarto, por favor. -Levantó un jersey verde bosque claramente usado del reposacabezas del sofá, mirando a Phoebe sin disimulo alguno. - Un, dos, tres, ya, ¡venga, venga!

El mismo recogió una sudadera y un par de zapatillas, así como sus auriculares y su portátil, llevándolo todo a su habitación antes de ordenar el pequeño desastre que había allí dentro, sólo por si las moscas.

Estaba tomando un vaso de agua fría para calmar sus nervios cuando el timbre de la puerta principal sonó, alertando de la presencia del beta. Louis secó sus manos sudorosas en su pantalón y fue a abrir, pero Daisy y Phoebe ya estaban allí, ambas plantadas frente al rizado.

-¿Eres el novio de Lou?¡Qué alto!- Notó como le subían los colores al rostro, cogiendo a ambas niñas del cuello de sus jerseys. - Niñas, a vuestro cuarto, por favor. -¿Acaso podían avergonzarlo mas? 

-Perdona el ataque... esas son Daisy y Phoebe, las pequeñas de la casa. Son un poco impertinentes. -Se fijó en la mochila que el beta cargaba a la espalda, la misma que solía llevar para sus clases en el aula 308. Rascó su nuca mientras lo carcomían los nervios, apartándose de la puerta para dejarlo entrar.

-No hay problema... me recuerdan a mi propia hermana. También es... así. -Sonrió de medio lado y frotó sus zapatillas en el felpudo de la entrada. -Entonces... las fotos. ¿Dónde las vas a querer?¿Dijiste algo sobre un jardín?

Pasaron la siguiente media hora revisando el jardín, con la pequeña glorieta donde se llevaría a cabo la ceremonia y el porche donde se serviría la comida antes de entrar en la casa, mostrándole al beta el salón y también la habitación de su madre. Según el beta, eran los lugares más habituales para ese tipo de fotografía.

-Bueno... Hay bastante luz. Creo que podré hacerlo con el equipo que tengo. - Observó al beta mientras revisaba los elementos en su bolsa. Siendo sincero, Louis apenas conocía las cámaras y podía diferenciar las lentes del resto de objetos, pero no entendía en absoluto porque había varios de ellos ni sus funciones.

-Entonces... ¿significa que estás dentro? - Se mordió el labio, esperanzado. Harry no sería un alfa como él deseaba, pero en los ratos que había compartido con él había descubierto una persona amable, educada, interesante y definitivamente tierna. La obsesión de su omega ya no le parecía tan mala.

Los ojos verdes se fijaron en el omega, una sonrisa divertida escondida bajo sus labios fruncidos. -¿Tu madre está de acuerdo con esto? Sigo siendo sólo un aficionado... 

Louis se encogió de hombros, apartando el flequillo de su cara. -Es su tercer enlace. Nunca antes ha tenido un reportaje, así que es nuevo para ella también. No tiene grandes expectativas ni nada con lo que comparar. Además, he visto tus fotos para la revista escolar. -Admitió, sus mejillas obteniendo un llamativo tono de rojo. 

Harry pareció sorprendido por unos segundos, pero cuando iba a responder, la puerta principal sonó al ser abierta. -Oh, esa debe ser ella. Ven, te la presentaré. - Sin intenciones ocultas, Louis agarró la mano del beta, tirando de él hacia el recibidor donde su madre ya se encontraba guardando su abrigo.

Si tardó mas de lo necesario en soltar su mano, bueno, no pueden culparlo. 

Estúpido Omega L.S. Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora