Estúpido Omega L.S. Omegaverse.

10. Harry

La puerta de la casa se cerró de un golpe seco. Al instante el rizado se arrepintió, encogiéndose de hombros por el sonido. Una protesta se escuchó desde el piso superior, seguida de unos pasos en la escalera. 

-¿Harry?¿Qué demonios te pasa? - negó con la cabeza, dejándose caer en el sofá. -Nada, Gems... lo siento por el golpe. - Se pasó una mano por el pelo, apartándose los rizos de la cara. Oyó a su hermana terminando de bajar las escaleras y notó el calor a su lado cuando se sentó con él en el sofá. - Nada mis ovarios, hermanito. Aprovecha que Noah está dormido y cuéntame. ¿Qué pasa? 

El ojiverde la miró por unos largos segundos, suspirando con fuerza. -Es Louis.

-Awww... el pequeño Harry enamorado. - Harry rodó los ojos, bufando exasperado. - Eres idiota, Gemma.

Se incorporó hasta estar sentado de nuevo, apoyando los codos en las rodillas. - Me ha pedido ayuda con su celo. 

-¡Harold!- La omega le dio un golpe en el hombro haciendo que se tambalease un poco, casi riendo mientras hablaba. - No sabía que habíais ido tan lejos... pero me gusta Louis. Se lo ve buen chico, tan buen omega... y tan guapo... 

-Deja de divagar, Gems. No voy a hacerlo. No puedo hacerlo. No como él necesita, lo sabes. - Pudo ver la mueca en la cara de la omega y supo enseguida cual iba a ser su opinión sobre el tema. Pero no podía, no como Louis merecía. 

-Eres realmente un idiota, Harry. Eres probablemente el mejor alfa que cualquier omega pudiese echarse a la cara. Si solo no fueses tan testarudo... Mamá y yo estamos bien, ¿sabes? Estaremos bien. Te mereces ser feliz. 

Sacudió la cabeza con una risa, sus rizos volando en todas direcciones. -Soy feliz, Gems. No seas tonta. -Suspiró pasando ambas manos por sus rizos, dejando caer la cabeza contra el sofá, cerrando los ojos con fuerza. -Louis... bueno, su omega... dice que me reconoció como... -tragó saliva antes de escupirlo, mirando al techo- como su alfa.

Se escuchó un chillido que probablemente los vecinos hubiesen notado, suficiente como para que la otra omega en la casa apareciese también por el salón. -Gemma Anne Styles, ¿Qué son esos gritos? Noah acaba de dormirse... 

Harry se vio de pronto acosado por los ojos de ambas omegas, Gemma aún con ambos puños tapando su boca, la emoción mostrándose en todo su rostro, sólo manteniéndose en silencio por el estúpido tratado entre hermanos que tienen desde pequeños. No se divulgan los secretos del otro. 

-Puedes decirlo, Gems... así podéis atosigarme entre las dos. -bufó y se hizo un ovillo en el sofá, abrazando sus propias piernas contra su pecho. 

-¡El omega de Louis ha reconocido a Harry como su alfa! - okay, Harry no esperaba esa expresión en la cara de su madre.

-¿Incluso con tu lobo dormido?¡Harry! - la omega mayor se acercó también al sofá, sentándose al otro lado de su hijo menor con ambas manos en su regazo. -Oh cachorro... ¿sabes lo increíble que es eso?

Harry casi ronroneó cuando las manos de su madre acariciaron su cabello, sus dedos perdiéndose entre sus rizos. - Podríais ser destinados, ¿sabes? Hoy en día, con toda la tecnología, el desapego de nuestros lobos, esta era moderna... y aún así ese omega te ha reconocido por lo que eres, aún por encima de los químicos.  

-No quiero despertar a mi alfa, mamá. No puedo haceros eso. -Suspiró, apoyando la cabeza en el hombro de su madre. 

-Harry... - el tono de la omega estaba teñido con una mezcla de reproche y tristeza - no nos estarías haciendo nada. Nosotras confiamos en ti... creo que mas que tu mismo. Y si Louis es realmente tu omega... también se merece tenerte al cien por cien, cachorro. Tienes que dejarlo salir. Por ti y por Louis. Entiendo que no estés listo... pero tienes que empezar a soltarlo, poco a poco, ¿si? Déjate ser. El miedo nunca ha llevado a nadie a ninguna parte. 

-¿Y si no puedo controlarlo? - La omega mayor río, achuchando a su hijo mas joven entre sus brazos. -Podrás, Harry. Eres el joven mas extraordinario que conozco. Alfa o no, no podría estar mas orgullosa.

Harry se dejó caer contra el cuerpo de su madre, suspirando pero con media sonrisa. Amaba a sus chicas, siempre conseguían sacarle una sonrisa, por mal que estuviese. -Tenéis razón... Louis lo merece. Al menos merece que haga el intento. 

Si notó el abrazo de su madre haciéndose mas fuerte a su alrededor, no dijo nada. 

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Harry entró en la habitación de su novio omega algo cabizbajo, las manos entrelazadas a su espalda, la vergüenza apoderándose de su ser. Jay había sido quien lo había dejado acceder a la vivienda, pues Louis no contestaba sus mensajes. -No sabía si ibas a querer verme... después de como me he ido. He sido insensible y no he tenido en cuenta tus sentimientos. Me disculpo, omega.

Podía notar que el mayor había estado llorando, sus ojos todavía brillantes y enrojecidos no le quitaban la vista de encima. -No tenías por qué largarte así... Y-yo lo entiendo, hace poco que salimos y un celo es algo muy demandante y mi estúpido omega no dice mas que tonterías y siento que me estoy volviendo loco. Pero sólo podías haber dicho que no, ¿sabes? No tienes porque hacerlo... - el omega se encogió de hombros, pero podía ver el dolor en sus gestos. El causado por su anterior rechazo. 

-Lou... - se acercó a él, soltando las manos de su espalda para llevarlas a los brazos del omega, frotando la zona con suavidad. - quiero hacerlo... de verdad que si. Sólo... - suspiró, desviando la mirada, todavía avergonzado. - nunca he estado con nadie... temo no poder hacer suficiente. No poder ayudarte como necesitas... Me mataría verte sufrir.

El omega lo miró de nuevo, confusión en su mirada. -Tu eres todo lo que necesito, tonto. - Sonrió, esas pequeñas arruguitas mostrándose alrededor de sus ojos mientras sus mejillas tomaban un tono rosado que lo hacía parecer adorable y varios años mas joven - tampoco tengo experiencia, ya sabes... mi omega ha sido bastante conservador hasta conocerte.

Harry no pudo evitar la carcajada, abrazando a su chico con fuerza, aspirando el aroma de su cuello. Si dejaba libre a su alfa, podría oler a Louis. Oler su verdadero aroma omega. ¿Valdría la pena el riesgo?

-Lo haré, omega. Estaré ahí cuando suceda.