15. Descontrol

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Apretó el agarre de sus manos sobre sus rodillas con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos. -Tiene que haber alguna posibilidad. Algo mas fuerte. 

-Algo mas fuerte podría dañarte, Harry. Además, esa clase de medicamentos están indicados sólo en caso de extrema necesidad... para psicópatas y violadores. No eres nada de eso, Harry.  Y teniendo omega... quizá deberías darle una oportunidad. Eres muy joven. 

El alfa bufó, frustrado. El celo de Louis, siete semanas atrás, les había pillado por sorpresa. Se había quedado a ayudar, ¿cómo no iba a hacerlo? Pero no había estado preparado. No tenía sus inhibidores con él, así que tras dos días sin tomar sus pastillas, su alfa había empezado a despertar. Seguía atontado, pero había podido sentirlo en su interior. 

Y su alfa había conocido a Louis. En mitad de su celo. Había estado lo suficientemente despierto para identificar que estaban con un omega en celo. Suficientemente despierto para demandar su instinto de posesión. Para anudarlo. 

Quizá, pensando con perspectiva, que llegase a anudarlo fue algo bueno. El celo de Louis acabó después de eso. Pero Harry tuvo que dejarlo sólo en aquella cama para correr a su casa en busca de sus pastillas. Desde entonces siempre llevaba un par en su mochila. No quería que volviese a ocurrir. Su lobo había desaparecido de nuevo para cuando volvió a la habitación de Louis, las pastillas haciendo su efecto. 

Sin embargo, desde ese día, parecían no estar haciendo el mismo trabajo manteniendo a su lobo dormido. Lo estaba la mayor parte del tiempo, pero había momentos en los que podía sentirlo. Momentos en los que podía incluso oír su voz. 

Reclamando a Louis. 

No lo había llamado su omega, pero buscaba específicamente su aroma. Salía a la superficie de la consciencia mas frecuentemente cuando estaban cerca del omega, o cuando estaban demasiado tiempo sin verlo. Y cada vez era mas continuo. 

Así que había acudido a su médico en busca de mejores inhibidores. Los que tomaba eran de los mejores del mercado y hasta el momento habían hecho su función a la perfección. Pero ya no. 

Harry abandonó la consulta mas frustrado de lo que había ingresado. Tenía esperanza en un cambio de medicación, pero el idiota del médico sólo le había sugerido dejar salir a su lobo. ¿En que cabeza cabe siquiera la posibilidad? 

Se dejó caer en su cama nada mas llegar a casa, un brazo por encima de sus ojos. 

¿Pensabas que podías seguir librándote de mi?

Me desharía de ti si estuviese en mi mano.

¡Ja! Mas quisieras. Somos uno.

Desgraciadamente. 

Tener que explicar la situación a Louis tampoco había sido fácil. Sabía que el omega anhelaba un alfa en su vida, no uno a medias. Sabía que quería cachorros, y si Harry era sincero consigo mismo, también los quería. Había fantaseado con sus hijos, de ambos. Igualitos al omega pero en pequeñito, adorables y suaves. 

Había visto la decepción en el fondo de su mirada, la pequeña esperanza al saber que era un alfa. La resignación cuando Harry había afirmado que no despertaría a su alfa. Le estaba fallando a Louis, y dolía. 

Irónico, ¿eh? Que sea yo quien haga feliz a ese omega. Incluso mas que tu. 

Eres un sádico. 

Pero él me quiere a mi. 

Harry rodó los ojos, sabiendo en el fondo de su corazón, que eso no era cierto. Louis se había enamorado de él, alfa o beta, lo amaba por lo que era. Por Harry. Pero dolía pensar que su alfa tenía algo de razón. Lo amaría mas si fuese un alfa. 

El sonido del timbre de la puerta lo sacó de sus cavilaciones. Su madre estaba trabajando y Gemma había ido a investigar los colegios de la zona para inscribir a Noah el próximo año. Se resignó a levantarse e ir a abrir él mismo. 

Se sorprendió cuando encontró a Louis al otro lado, su bolsa de la escuela colgando a su costado. -¿Lou?¿Estás bien?

El omega asintió, mirándolo con duda. -¿Y tu? Yo... - se llevó la mano al pecho, sus ojos llenos de duda. -Mi omega insistió en pasar por aquí... dijo que nos necesitabas. ¿Qué pasa, Hazza?

Abrió del todo la puerta, indicándole que pasase dentro. Ambos ignoraron el salón para subir directamente a su habitación. Louis se descolgó su bolsa, dejándola en la silla del escritorio de Harry, olisqueando disimuladamente su habitación. 

-Ha estado saliendo, pese a los inhibidores. Supongo que aquí el olor es mas fuerte. 

El omega alzó las cejas, sorprendido por la confesión. -¿Es tu aroma? - Harry asintió, viendo al omega avanzar hacia él. -¿Puedo? 

Harry se sorprendió, pero no se negó, dejando al omega pasar los brazos alrededor de su cuello en un gesto frecuente entre ellos. Notó la nariz de botón del mayor presionándose contra su cuello, aspirando con suavidad. Rodeó la cintura del omega, sorprendiéndose al notar que también podía percibir su aroma. Dormir a su alfa había tenido consecuencias, entre ellas el no poder sentir los aromas de quienes le rodean. Incluido Louis.

-Hueles a limón... - el alfa sonrió, pegando mas la nariz al punto de unión en el cuello del omega. -Limón, azúcar de caña... y un toque de...¿hierbabuena? Cuando creía que no podías ser mas maravilloso. -Soltó una risa, aspirando mas del delicioso aroma. -Si te cubriese de merengue serías un bocado de lemon pie. Es mi postre favorito, ¿sabes? 

Louis soltó una carcajada, apartándose del alfa unos centímetros para mirarlo a los ojos. Harry podía ver brillar el amor en esos orbes azules que tanto le encantaban. -¿Ahora soy un postre, Styles? 

Harry asintió, satisfecho. -Mi postre favorito en la piel de mi chico favorito. ¿Qué mas puedo pedir? 

Louis se apartó aún riendo, yendo a sentarse en la cama del menor, las rodillas encogidas contra su pecho mientras se acomodaba allí, dejándose envolver por el reciente aroma del alfa. -También me gusta tu olor... me recuerda al bosque. A la navidad. Es mi época favorita del año. 

Harry se acercó, aún de pie fuera de la cama, inclinando su cuerpo para besar suavemente los labios del omega. -Siento tener que ocultarlo... y perderme tu aroma también. Es magnífico.

-No te disculpes... -Las manos de Louis se perdieron entre los rizos del alfa, este cerrando los ojos por el gesto. -¿Pero... por qué está aquí? Quiero decir... no te había olido nunca antes... 

Harry buscó refugio en los brazos del omega, este abriendo sus piernas para dejar sitio al cuerpo del alfa hasta que sus pechos estuvieron unidos. -Desde tu celo... mi lobo está resistiendo a los inhibidores. No... ellos no están funcionando. No como antes.

Harry podía sentir las manos de Louis en su espalda, buscando calmarlo. El omega era tan bueno para él... como si estuviese hecho a medida. Quizá realmente existían los destinados. Quizá ellos lo eran, uno para el otro. Si sólo no tuviese tanto miedo a su alfa...

-¿Eso es lo que te tiene tan alterado? Llevas días nervioso y estoy seguro de que no estás durmiendo bien. Nunca te había visto con ojeras, amor. -El omega subió las manos hasta las mejillas del alfa, acariciando con los pulgares las bolsas bajo sus ojos. -Los padres de Dan tienen una pequeña cabaña a un par de horas de aquí. Podríamos ir las próximas vacaciones. Podríamos ser sólo tu y yo... sin factores externos. Podrías dejarlo despertar. 

Harry se apartó por un momento, observando dudoso la mirada firme del omega. Podía ver la esperanza en ellos. Y quiso corresponder a toda esa fe. Quizá podían llevarse bien. Quizá su alfa sólo necesitaba al omega. Quizá él sólo necesitaba a Louis. Quizá, quizá. ¿Y si no? - No quiero herirte, omega. Puede ser peligroso. 

Louis se encogió de hombros. -¿Y cómo vamos a saberlo si no probamos?- volvió a acercarse al alfa, presionando su nariz en su punto de aroma antes de aspirar con fuerza y dejar allí un suave beso que erizó la piel del alfa. -Sólo será una semana... yo creo en ti, alfa. 

-Haces conmigo lo que quieres. Esos malditos ojos azules. -Louis sonrió tan amplio como el sol, sabiéndose ganador antes de que Harry pronunciase las palabras. -Esta bien, omega. Tu ganas. Iremos.  

Estúpido Omega L.S. Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora