-Lo siento Louis pero...me han hablado de tu omega y... no estoy para perder el tiempo. Tu mejor que nadie tienes que entenderlo.- Una mueca incómoda adornó el rostro de Evan Quest antes de que se diese media vuelta y desapareciese del lugar tan rápido como había llegado.
El omega suspiró, frustrado. ¿Por qué, sin ni siquiera darle una oportunidad? Incluso se había molestado en verse bonito para esta cita.
No te lamentes tanto, era un idiota.
Rodó los ojos ante el comentario de su omega y suspiró de nuevo. Deberías dejar de arruinar cada interacción con los alfas que nos pretenden. Así nunca conseguiremos un lazo, mucho menos cachorros. Sé que también los quieres.
Guardó las manos en los bolsillos de su chaqueta tejana y se encaminó sin prisas a la salida del centro comercial. Le había sorprendido la propuesta de Evan para salir en una cita. Hacía meses que nadie quería salir con él. Su fama se había extendido por Donny y todos los alfas de su edad de la ciudad lo rechazaban sin siquiera intentarlo. De vez en cuando aparecía alguno a probar, sólo por enfrentarse al reto. "El inconquistable Louis Tomlinson, el omega al que ningún alfa puede domar." Panda de idiotas.
Y es que Louis era un omega amoroso, bonito y listo para cumplir su función. Él sólo quería ser un omega como los demás: tener un alfa, independizarse y tener muchos cachorros. Quería una familia grande, como la suya. Sin embargo, su omega interior era mucho mas exigente y le impedía cualquier interacción con cualquier alfa que se acercase. Todos eran demasiado idiotas, feos, engreídos o simplemente no.
Louis empezaba a desesperarse. Tenía diecinueve años, la mayoría de sus compañeros estaban enlazados y con cachorros, había visto a toda su generación embarazada y marcada desde hacía años... él sólo quería su parte. ¿Era tanto pedir?
Es común que a los trece o catorce años, cada humano presente su condición: alfa, omega o en raros casos, beta. Estos últimos son mas humanos y tardan mas en madurar y establecerse, pero los alfas y los omegas están mas unidos a su lado animal y con dieciséis años suelen ser suficientemente maduros como para tener su propia familia. Los alfas y omegas se enlazan, buscan su nido y empiezan a tener cachorros. Simple y sencillo. Excepto para el omega de Louis.
Cerró la puerta de su casa con suavidad al entrar, escuchando desde el piso superior las voces de las gemelas hablando entre ellas como un breve murmullo. Se apoyó en la puerta y cerró los ojos, soltando un último suspiro antes de quitarse la chaqueta y colgarla en el perchero de la entrada.
Cuando abrió los ojos, Lottie lo miraba divertida desde la puerta de la cocina, comiendo palitos de pan que hundía en un bote de crema de cacao. -No ha ido bien, ¿eh? Si no fueses un omega tan bonito seguro que ya serías una sombra.
-¡Lottie! - su madre salió tras ella, blandiendo una espátula de madera en un claro ataque hacia su hija mientras la joven alfa se escabullía escaleras arriba entre risas. La mirada cálida de su madre recayó entonces sobre él, su rostro mostrando ternura. -No le hagas caso Boo, aún tienes tiempo. No serás una sombra.
Se encogió de hombros con una mueca, fingiendo que no le importaba. -Lo sé mamá, no pasa nada. No te preocupes. - Una sombra... si, era muy probable. Como he dicho, lo normal es que un omega encuentre a su alfa y empiece a tener cachorros entre los dieciséis y los dieciocho. Louis ya tiene diecinueve. A los veinte o veintiuno, un omega sin alfa pasa a ser considerado una sombra: si nadie lo ha querido hasta entonces, es porque es un mal omega. ¿Quién quiere un omega que no ha sido válido para nadie en sus mejores años?
Es fácil que una sombra acabe relacionado con un beta. Son menos exigentes que los alfas y como maduran mas tarde, se interesan por una relación cuando los omegas sombra ya están desesperados. Pero eso no es lo que Louis quiere. Es muy difícil que un beta pueda dar cachorros a un omega. Y Louis desea cachorros mas que nada en su vida.
Lottie, en cambio, no iba a tener que preocuparse por eso. La joven, que estaba a punto de cumplir quince, había presentado como alfa unos meses atrás, así que sólo necesitaba encontrar a un omega de su gusto y probablemente en un año o dos estaría fuera de casa y teniendo sus propios cachorros. Se suponía que Louis debería estar haciendo eso, no su hermana cuatro años menor.
-Lottie sólo está siendo Lottie... sabes lo tonta que está desde que su género secundario se mostró.- sacudió su cabeza para deshacerse de sus pensamientos pesimistas y sonrió de medio lado para su madre. -Voy a subir a cambiarme de ropa y te ayudo con la cena. - Besó la mejilla de su madre y subió las escaleras despacio, cambiando su ropa ajustada por unos pantalones deportivos y una camiseta vieja y ancha que usaba para estar en casa.
Dejó su teléfono móvil cargando sobre su escritorio y dedicó el resto de su tarde a preparar la cena con su madre y ayudar a sus hermanas pequeñas con los problemas de cálculo. Tenía la ligera sospecha de que el resto de sus hermanas, al igual que Lottie, acabarían siendo alfas. Sus aromas eran potentes y dominaban la habitación, al contrario que el de su madre o el suyo propio que resultaban mas suaves y dulces.
Cuando esa noche se fue a dormir tras una cena tranquila y algo de charla con las mujeres de su vida, sólo pensó, resignado, que estaba un día mas cerca de darle la razón a Lottie y convertirse en una sombra. Todo por culpa de su estúpido omega.
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Estúpido Omega L.S. Omegaverse.
FanficLouis sólo tiene un objetivo en la vida: encontrar un Alfa y tener cachorros. ¿El único inconveniente? Su estúpido Omega, quien sigue rechazando a todo Alfa que intente pretenderlo. Hasta que aparece en sus vidas un beta de cabello rizado y ojos ver...