Harry despertó la mañana del tercer día con un hambre atroz. El cabello de Louis le hacía cosquillas en el cuello y su suave respiración de dormido le provocaba calor en el pecho, donde los pequeños resoplidos le acariciaban la piel.
Sonrió al notar al chico acurrucado contra su costado, las piernas mas cortas enredadas en las suyas, su propio brazo rodeando los hombros del omega. Bajo la cabeza lo justo para enterrar la nariz entre los mechones revueltos de cabello, aspirando el aroma dulce y cítrico a partes iguales.
Bendito omega... es delicioso.
Lo sé. Es lo mejor que podría pasarnos.
No lo dejes escapar.
No pensaba hacerlo. No me obligues a ello, compórtate si no quieres que vuelva a dormirte.
¿Cuándo no me he comportado yo?
Harry rodó los ojos, observando al omega dormido entre sus brazos. Su alfa estaba mucho mas presente que nunca. Habían pasado 48 horas desde su última pastilla inhibidora y aunque la noche anterior había empezado a sentirlo algo despierto, ahora lo estaba al cien por cien por primera vez desde que había presentado como alfa, mas de un año atrás.
El alfa se movió con cuidado de no despertar al omega, bostezando cuando logró salir de la cama, estirando sus músculos antes de ponerse unos joggers y caminar hasta la cocina, no sin antes pasar por el baño.
Puso en marcha la tetera al mismo tiempo que preparaba una mezcla de harina, mantequilla, azúcar, huevos y levadura, sacando una gofrera que había visto el día anterior en uno de los armarios, vertiendo la mezcla.
Preparó fruta cortada, algo de chocolate y finalmente montó una pequeña cantidad de nata, sabiendo que era probable que el ruido de las varillas despertase al omega. De todas formas eran casi las 11, hora de estar en pie.
Y luego quieres que yo no lo asuste. ¡Déjalo dormir! Necesita energía.
Tiene energía de sobras.
Los omegas tienen que estar descansados y fuertes para portar cachorros.
Louis no va a portar cachorros todavía. Relájate.
Él quiere.
Tu también, por lo que veo.
Yo también. Tu deberías, también. Es un buen omega. Necesita una marca y un cachorro.
Necesita ser amado y respetado. ¿Acabas de despertar y ya estás organizando nuestra vida?
Cuando lo sabes, lo sabes. ¿A que quieres esperar?
-Buenos días, amor... ¿eso que huelo son gofres? - El omega atravesó la puerta de la cocina, pegándose al costado del alfa en un abrazo, besando la curva de su hombro. Harry notó la nariz del omega rozando su cuello, aspirando disimuladamente su aroma.
-No tienes que ser discreto al respecto, omega... puedes olerme si quieres. - Dejó el cuenco con la nata, llevando cuidado de dejar la batidora desconectada antes de darse la vuelta y apoyarse en el mostrador de la cocina, abriendo sus brazos hacia el mayor. -Ven.
Louis no tardó en reaccionar, pasando sus brazos alrededor de la cintura del alfa, acurrucando su cuerpo en el pecho del mas joven y casi ronroneando cuando Harry dejó salir su aroma con fuerza, rodeando al omega con él, marcando su cuerpo con el olor a tierra mojada, madera de roble y chocolate oscuro.
El omega notó como le temblaban las piernas, aferrándose con mas ímpetu al cuerpo del alfa. -Tienes tanto miedo a lo malo que tu alfa podría hacer, que no te has parado a pensar todo lo bueno que también puede hacer, ¿eh? - Besó con suavidad el pecho del alfa, sobre su corazón. -Nuestros lobos son parte de nosotros, Harry. Tu mismo lo dijiste, mi lobo te recuerda a mi. Al final, vamos en la misma dirección. Y tu eres tan excepcional... que en ningún momento he dudado de que tu lobo lo será también. Como ahora mismo...me hacéis sentir amado, protegido, seguro... me hacéis sentir en casa.
Y no mentía. En esos momento Louis sólo tenía ganas de coger al alfa, rodearlo de mantas para empaparlas de su olor y hacer un enorme nido con ellas para refugiarse allí el resto del invierno. El resto de su vida, en realidad.
-Me asusta no poder controlarlo... los impulsos... siempre he sido alguien equilibrado, me gusta la estabilidad. No quiero ser como esos alfas que se dejan llevar por el olor de un omega en celo y no ven nada mas, o por su propio celo y les da igual quien se les cruce... -Louis negó ante sus palabras, acunando las mejillas del menor entre sus manos.
-No todos los alfas son así. La mayoría de los alfas no son así. Creo firmemente que muchos eligen dejarse llevar por sus impulsos, amparados en una ley que desprotege a los omegas. ¿Pero tu? Te conozco mejor que eso. Piensas en controlar a tu lobo, pero no es algo que puedas o debas controlar, amor. Tienes que estar en sintonía con él. Tenéis que ser uno. Para eso tienes que comunicarte con él, tienes que entenderlo y dejar que te entienda. Es como conmigo, ¿recuerdas? Sinceridad, confianza y comunicación.
Louis se apartó un poco después de dejar un suave beso en sus labios, yendo a por dos platos para ponerse a desayunar al fin. -A menos que ya sabes, a tu alfa no le guste yo... en ese caso puedes volver a dormirlo. -Le guiñó un ojo, meneando las caderas mientras se reía de su propia broma. Harry rio con él, apretando sus caderas antes de dejar un beso en su punto de pulso, sirviendo el desayuno para los dos antes de que ambos se sentasen a la mesa, disfrutando desde el primer bocado del dulce sabor de los gofres y la fruta.
-A mi alfa lo tienes embobado desde el primer momento, amor. Ya está pensando en marcas y cachorros. Me tiene todo el tiempo pensando en ello.
Louis se sonrojó con fuerza, metiendo un trozo de fresa en su boca para evitar responder, desviando la mirada. Harry sonrió al verlo, enternecido por su reacción. -¿No es eso lo que quieres, omega?
El sonrojo del mayor se hizo mas profundo, coloreando de rojo profundo hasta sus orejas. -Sabes que si... estoy muy seguro de ello - Louis se movió desde su lado de la mesa, sentándose en el regazo del alfa- y estoy muy seguro de ti...- Acercó una fresa a sus labios, sonriendo cuando el alfa la mordió sin vacilar un solo segundo. -Pero quiero que tu lo estés también antes de que demos ningún paso irreversible.
Louis llevó las manos a las mejillas del alfa, azul enfrentando a verde con fiereza e intensidad. -No me importa esperar lo que haga falta, Harry. Lo digo muy en serio. Conoces mis deseos y mis ambiciones, pero quiero que sepas que me dan igual las normas establecidas. Me da igual lo que digan o hagan los demás. Te he encontrado, alfa... y siempre pensé que tener alfa era un medio para un fin... mi objetivo siempre fueron los cachorros, la familia... el alfa con el que lo consiguiera nunca tuvo un rostro o un rol en mis fantasías de futuro. Pero ahora que te he conocido... todo ha cambiado.
El omega subió las manos hasta acariciar el cabello del alfa, tirando levemente hasta que cerró los ojos e inclinó la cabeza hacia atrás. Louis se inclinó para besar suavemente su garganta, ronroneando de gusto cuando sintió el aroma fuerte del alfa inundando toda la habitación. Dominancia, protección, deseo.
-Nunca imaginé que se sentiría así, alfa. Tan amado. Tan valioso. Tan cuidado y apreciado. - Louis deposita besos por el rostro del alfa, acariciando sus párpados con los labios. - Gracias por quererme así, alfa.
Harry abrió los ojos de nuevo, sus iris completamente rojos fijos en el omega frente a él. - Eres nuestro, omega. Para cuidar, proteger y amar, para siempre.
Y Louis supo, en ese mismo momento, que el alfa de Harry iba a cambiar las cosas entre ellos. Pero tuvo también la esperanza de que lo haría para mejor.
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Estúpido Omega L.S. Omegaverse.
FanficLouis sólo tiene un objetivo en la vida: encontrar un Alfa y tener cachorros. ¿El único inconveniente? Su estúpido Omega, quien sigue rechazando a todo Alfa que intente pretenderlo. Hasta que aparece en sus vidas un beta de cabello rizado y ojos ver...