3. Por las buenas o por las malas

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-¿Entonces me estás diciendo que tu omega por primera vez en cinco años se interesó por alguien y ni siquiera lo intentaste?- Louis bufó, haciendo rebotar a la pequeña Autumn sobre sus piernas. 

-Era un beta, Liam. Creo que mi omega tiene el radar roto. O eso o llevo cinco años teniendo razón y solamente es estúpido. 

Estúpida tu estampa, humano idiota.

-¿No te has planteado dormirlo? No quiero decirlo pero... se te acaba el tiempo, Lou. La mayoría de los alfas de nuestra edad ya están enlazados y los que quedan o son escoria o saben de tu omega complicado... - Rodó los ojos, cerrándolos por un instante. 

-No creas que no lo he pensado, Liam... pero no puede ser tan difícil, ¿no? Además, esa clase de pastillas no son fáciles de obtener, ni baratas. Y no quiero perder esa parte de mi. Es estúpido, pero es mi omega. Y quiero que siga siéndolo. Quiero mantener mi olor, mi esencia.

Ignoró las miradas de lástima que sus amigos no pudieron evitar y suspiró, devolviendo la cachorra a los brazos de su padre omega. -Estaré bien... siempre puedo malcriar a vuestros hijos el resto de mi vida. Van a quererme mas que a vosotros. -Sonrió y rozó su nariz suavemente contra la de la pequeña bebé, haciéndola reír. -Tu estás de acuerdo, ¿verdad Tumtum?

Se incorporó y tras despedirse de sus amigos para darles un tiempo a solas, se encaminó por el corredor de vuelta a sus clases. ¿Quizá debería haberlo hecho?¿Hablar con el beta? No. No quería un beta, él necesitaba un alfa. No quería conformarse. No pensaba conformarse. Él merecía al alfa de sus sueños.

No era un beta, idiota. Era nuestro alfa.

Rodó los ojos. Últimamente lo hacía mucho, pero desde que habían visto al beta una semana atrás su omega estaba siendo muy insistente sobre el tema. Louis lo habría olvidado si no tuviese a su estúpido omega recordándoselo cada vez que tenía ocasión. Normalmente era un omega calmado y apenas hacía acto de presencia, pero los últimos días había estado increíblemente pesado.

¿Podía ser que su olfato le hubiese fallado? No era habitual, pero el invierno se acercaba y podría haber estado resfriado y no haberlo notado. ¿Era una posibilidad?¿Que su omega tuviese razón y él no lo hubiese detectado? No, no era posible. El chico estaba en el ala de omegas, había entrado en un aula. Sólo podían acceder omegas y betas, era imposible que ese chico fuese un alfa. ¿Pero por qué entonces su omega no dejaba de insistir con él?¿Por qué seguía llamándolo alfa? Su alfa... que tontería.

Si estás tan seguro, ¿por qué no lo buscas? Pruébame que no tengo razón.

Omega estúpido. No pienso hacer eso. No, no lo haría. ¿Qué sentido tenía? Además, ni siquiera sabía nada del beta, sólo lo había visto una vez, de espaldas y a lo lejos. No tenía un aroma como para identificarlo y no sabía cual era la extraescolar que practicaba.

Aun así, se vio en el pasillo de las extraescolares a la salida de sus clases, parado frente al tablón de anuncios como si recrear la escena fuese a hacer que el beta apareciese de la nada. Caminó hasta la puerta por la que había visto desaparecer al beta, observando el cartel indicativo a un costado. Aula 308. 

Volvió sobre sus pasos hasta el tablón de anuncios, repasando con su dedo la lista de optativas, buscando las que se llevaban a cabo en el aula 308. Si no podía ver al beta, al menos podía conseguir algo mas de información. Robótica, tecnología y fotografía. Ninguna de las opciones le decía nada. Él tenía tendencia a la literatura. 

-¿Eres nuevo?¿Necesitas ayuda?- Una voz grave lo sobresaltó, haciendo que se diese la vuelta y pegase su espalda al tablón. Parpadeo varias veces, observando al chico frente a él. Era alto, con mandíbula afilada y ojos verdes. También se veía joven. 

-Eh... no, no, lo siento. Supongo que he estado acaparando el tablón.- Se apartó con la mirada perdida en el suelo, su omega dando volteretas en su interior como si le hubiesen puesto todo un castillo de hinchables para su diversión.

¡Es él!¡Haz algo, idiota!¡Es él!

Louis olfateó el aire con disimulo, los ojos verdes clavados en él como evaluando si estaba bien. Nada, ningún aroma mas allá de una colonia masculina claramente comercial. -Tu si eres nuevo, ¿no? No te había visto antes por aquí, conozco prácticamente a todo el mundo. 

Asintió levemente, un rizo escapando del pequeño moño que llevaba ese día. -Vivimos al otro lado de la ciudad, pero el programa de fotografía es mejor aquí, así que... - Se encogió de hombros como si tal cosa, tirando levemente de la correa de su mochila.

-Oh... fotografía. Es... Interesante. -Aburrido. Extendió su mano hacia él, forzando su mejor sonrisa. -Soy Louis, por cierto. 

El beta estrechó su mano por inercia, sonriendo de forma suave, un pequeño hoyuelo haciéndose presente en su mejilla derecha.- Harry. - Soltó su mano, desviando su mirada hacia el final del pasillo mientras el omega ignoraba el cosquilleo que el contacto había provocado en todo su brazo. -Nos veremos por ahí, supongo. Un placer conocerte, Louis. 

Y en un abrir y cerrar de ojos, su silueta se perdió a través de la puerta del aula 308. 

¿Contento, omega estúpido? No es nuestro alfa, no puede ser nuestro alfa porque ni siquiera es un alfa.  Y sin dar una sola mirada atrás, salió del edificio con el peor humor que se le había visto en meses, tanto que ni siquiera Lottie se atrevió aquel día a burlarse de él.

Y cuando esa semana el celo de Louis comenzó, no fue como todos los demás. Empezó por un fuerte retortijón en su estómago, su temperatura subió gradual pero rápidamente hasta dejar su cuerpo sudado y en llamas. Su lubricación mojó toda su ropa de dormir hasta llegar a sus sábanas y sentía todo su interior palpitando en un doloroso anhelo. Por primera vez su omega clamaba por un alfa y Louis no se había sentido peor en toda su vida. 

Harry, busca a Harry. 

Estúpido Omega L.S. Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora