Citrus

Capítulo 38

Son las 03:03 de la mañana, estoy sentada en mi cama, con el corazón acelerado, abrazando mis rodilla, me acabo de despertar y tengo el corazón acelerado, no estoy segura de que estaba soñando, pero sí soy consciente de que no era del todo bueno, logré escapar, pero no sé de qué.

Cierro los ojos y comienzo a contar del 1 al 100 sin omitir ningún número, trato de enfocarme en los números y no en cómo me siento, trato de distraer mi mente para calmarla antes de pensar razonablemente qué pasó.

Me dejo caer despacio en la cama, con la vista en el techo, donde solo una pequeña luz es reflejada.

Veo el rostro de Kyle, aprieto los labios, recuerdo su ceño fruncido y las lágrimas en su rostro, se estaba despidiendo, me decía que no sabía cuando iba a volver, y que no estaba seguro de pedirme que lo esperara.

¿A dónde iba? ¿Por qué debía esperarlo? ¿Es una señal? ¿En un aviso? ¿Es una de mis emociones tratando de descubrir cómo lidiar con ella? ¿Es un miedo irracional que tengo ya que he aceptado que me gusta?

Me giro en la cama, miro hacia la puerta, pongo las manos debajo de la almohada y trato de volver a dormir.

Por un instante, y sólo por un instante tengo miedo del éxito de Tastes, porque si comienzan a crecer, lo voy a perder incluso antes de que podamos intentarlo.

Sacudo mi cabeza, no, eso está mal, solo buenos pensamientos para ellos, les va a ir bien, que mis pensamientos no sean el destino a su fracaso.

Tal vez es momento de acelerar las cosas, solo un poco ¿no?

.

Lo primero que leo al levantarme es un mensaje de Peter dónde me pregunta cómo estoy y si el niño punk me sigue molestando.

Sonrío, hablar con Peter siempre ha sido un evento raro, no sólo porque puede ocurrir cada tantos meses, sino porque es con la única persona con quien solía sentirme realmente segura, él es un lugar tranquilo donde puedo dejar que mis músculos se relajen.

Ellie: Sí, sigo hablando con el niño punk.

Peter: ¿Te trata bien?

Ellie: sí, lo hace, me da mi espacio e intenta interactuar conmigo sin pasar los límites que pongo.

Peter: ¿Te gusta más que yo?

Peter pregunta de repente y sé que se refiere a lo que le pedí a los 18, y al extraño crush que tuve después del rescate. Básicamente entraba en estado de histeria si él no estaba en mi rango de visión, otra de las razones por las que tuve que conocer a West.

Ellie: me gusta.

Peter: me alegra, si intenta algo que no te guste recuerda el entrenamiento de autodefensa y que siempre puedes llamarme, seguiré siendo tu caballero de armadura oscura.

Me quedo mirando el último mensaje un rato, no sé cómo tomarlo. Por un lado, ya no quiero que se sienta obligado, pero por el otro, siempre es reconfortante tener a alguien que me respalde.

Ellie: Gracias

Escribo antes de bloquear el celular y mirar mi computadora, es momento de decidir que voy a hacer, y no hay mejor lugar para tener ideas que el internet.

Algunas universidades se ven interesantes para aplicar a Administración de Empresas, cumplo sus requisitos y ofrecen el pensum que necesito, el mayor dilema es escoger cual quiero ¿en cual ciudad la quiero?

Ladeo la cabeza, mientras que para todos los adolescentes la idea de independizarse y estar en otra ciudad para sus días universitarios suena tentadora, para mí es una pesadilla, aun tengo miedo de estar sola y encima son muy pocos los seres humanos con los que tengo contacto físico y a veces necesito un abrazo, a veces necesito que mi mamá me haga sentir segura.