Las lagrimas caen por mis mejillas, los gritos son amortiguados por un tela cada vez que una sensación de ardor nueva es percibida por mi piel. Se supone que el dolor es ocasionado por tu cerebro que envía una señal de alerta de que una parte de tu cuerpo ha sido afectada, los sensibles nociceptores, por primera vez en la vida desearía no tener ninguno, desearía tener la capacidad de no sentir.
Me quedo sin aire ante otro golpe en mi espalda, solo déjenme morir.
—Elleri— levanto mi cabeza y observo a quien ha llamado mi nombre —¿Cómo estás?— Christian West me ofrece la sonrisa más amable que posee, como si ello fuera a hacerme sentir especial, supongo que es algo que todos los psicólogos desarrollan.
—Con dolor de oído, creo que no hubo buena descompresión una vez que baje del avión— toco el lado derecho de mi cabeza para hacer énfasis en mi declaración.
—Veo lo que estás haciendo ¿qué te tiene pensando?— típico, no puedo desviar el tema con West, nunca he podido, tal vez nunca lo logre, pero aun hay esperanza de que alguien lo torture por mi, ojala pudiera conocer a esa persona y expresarle toda mi admiración, además de que una clase de ello no me vendría mal.
—Empece a tomar clases de baile— presiono mis labios juntos, la verdad no sé cuanta información deba dar, ni cuan beneficioso es ello —Clases de salsa— miro mis dedos entrelazados —Salsa en parejas.
—Está bien, lo entiendo, contacto— puedo escuchar el sonido de su lapicero moviéndose sobre la hoja de papel —¿Por qué decidiste tomarlas?— levanto la vista y veo que sigue escribiendo.
—Fue idea de Kyle— sus movimientos se pausan y me mira —Fue su idea de cita, hoy en la tarde tengo la segunda clase.
—¿Sí?— el psicólogo ladea la cabeza —¿Cómo te fue en la primera?
—Bien, al principio tuve algo de susto— hago una pausa al hablar —Por el contacto, pero no hubo, fueron los pasos básicos, lo cual me hizo sentir más cómoda en un ambiente para nada familiar y totalmente fuera de mi zona de confort.
—Entiendo— comienza a asentir para sí mismo —Eso es bueno, son nuevos retos en lugares desconocidos y al parecer los estás afrontando bien— West se acomodo en su silla y me miro mientras apoyaba su cabeza en su mano —Pero tengo la impresión de que no sientes lo mismo ante la situación.
Respiro profundo y suelto el aire de forma sonora, mi cabeza es un cumulo de diferentes pensamientos que, en teoría, no tienen relación uno con el otro, pero sí lo tienen, todos son míos, todos son mi concepción de problemas, de situaciones molestas, de miedos, todos son esos secretos que siempre quieres mantener en el interior, pero por alguna extraña razón tu mente trata de traerlos a colación en cada posible momento.
¿Cómo escapar de ti mismo?
—Es Kyle— de alguna forma todos mis razonamientos llegaban a la misma conclusión, Kyle Adkins es el factor que trae todos mis pensamientos y sentimientos a caminos desconocidos.
—Recuerdame quién es Kyle— Christian West no pierde el tiempo y va al punto.
—Un chico que conocí— miro mis manos sobre mis rodillas —Es bastante molesto, sabe que odio que me toquen, pero no se aleja, soy grosera con él, él puede ser bastante lengua suelta si se lo propone, tiene esta extraña facilidad de hacerme sentir fuera de mi y ello me está volviendo loca porque no logro entender qué me está pasando— digo todo de recorrido, sin detenerme, como si mi cabeza estuviera cansada de pensar por sí misma y necesitará que alguien descifrara el código por ella.
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Citrus
RomanceKyle Adkins no es el típico chico malo y él lo sabe, es más amable que molesto, más intenso que sutil y definitivamente más atractivo de lo que debería; Elleri White lo sabe muy bien y tal vez por eso siente odio a primera vista, o tal vez solo sea...