Capítulo 49

296 40 0
                                    

Después de un par de horas de emoción y éxtasis, Kyle Adkins ha vuelto a ser él, ello no quiere decir que haya olvidado la oportunidad que tiene en sus manos, sino que recuerda que tenemos una cita y que debe enfocarse, a menos que me quiere dejar plantada y él terminar sin un mechón de pelo que yo misma le arranque en forma de venganza.

Una camisa manga larga y blanca se encuentra bien puesta sobre mi cuerpo, y es acompañada por un pantalón negro y unas zapatillas del mismo color.

—Espero que esto cuente como formal— hago una mueca mientras me observo en el espejo, no me siento del todo cómoda con lo que llevo puesto.

—¿Y si te pones el vestido blanco?— mi mamá está sentada en la cama asesorandome con la vestimenta que debería llevar para mi cita —Ese lindo que Leslie te dio como regalo de navidad, hace mucho no veo que te lo pongas— comenta.

No lo había pensado, ir justo con el vestido que llevaba puesto el día que nos conocimos. Entre más lo visualizo en mi mente, más me gusta la idea.

—Buena idea— me dirijo al armario y lo busco de manera rápida.

Quien diría que hoy descubriría que tengo más ropa de la que creo, porque se me dificulta encontrar una simple prenda.

—A la derecha, colgada en un gancho— mi mamá ladea la cabeza —Lo estoy viendo desde aquí.

No sé si tiene una visión de rayos x, o ve más que yo, o qué clase de talento tiene porque ella lo ve y yo no. Aunque lo veo justo en el momento en que mi mamá se levanta de la cama, lo más probable es que con la intención de tomarlo por mi.

—Ya lo vi, ya lo vi— dije y tomo el gancho con el vestido blanco.

—Entonces a ponertelo rápido— me señala la puerta del baño.

—Esta es mi habitación— le recuerdo.

—¿Y eso que? ¿No te vas a cambiar?

Suspiro, definitivamente no hay quién pueda ganar contra las madres, que terrible realidad.

.

—¿Ya puedo girar y verte?— Kyle Adkins está dandome la espalsa, por lo que un sueter negro, acompañado de un pantalón blanco y unos converse también blancos es lo que me recibe.

Veo que opto por peinarse hacia atrás, quiero ver como se ve todo el completo por delante, pero estoy nerviosa, no puedo evitar que mis manos suden, me molesta no poder limpiarlas en mi vestido por miedo a que queden manchas de humedad.

Inhalar, exhalar, creo que nunca he utilizado tanto la técnica de tranquilizarme como cuando estoy alrededor de este hombre, lo que sea que despierta en mí es bueno, me hace bien, al menos logra que intente otras cosas.

Meto la mano en el bolso que llevo, tanteo su contenido y me aseguro de llevar todo lo que necesito para esta noche.

—¿Elleri?— Kyle llama mi nombre.

Es cierto, aun está de espalda a mi, parado frente a la puerta de mi casa, esperando para tener una cita conmigo, una en la que se ha esforzado por planear y ejecutar.

—Estoy lista, Kyle, date la vuelta— aprieto los puños, pero no intento cubrirme, ni esconderme de ninguna forma, esto es quién soy y si hoy finalmente vamos a dar un paso en este extraño tira y afloja que tenemos, entonces estoy lista, tanto como puedo estarlo.

Él no tarda en dar media vuelta hasta quedar de frente a mí, lo hace tan rápido que por un momento pierde el equilibrio y está a punto de caerse, pero recupera rápidamente el equilibrio.

—Si la palabra inspiración es representada por alguna imagen en mi vida, estoy seguro que una foto tuya utilizando ese atuendo es lo que la ilustra— mi cita de esta noche sonríe y sus ojos parecen brillar como si un reflector estuviera apuntando a ellos en este momento, haciendo que su color se vea más claro.

CitrusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora