Capítulo 7

1.1K 116 24
                                    

Su mano está estática sobre mi rodilla, como si estuviera probando el contacto con mi piel, no hace ningún movimiento extraño y aunque de alguna forma estoy temblando y con el cuello algo recto, no me muevo, ni siquiera cuando comienzo a respirar por la boca para que el oxigeno llegue a mis pulmones.

Estúpido Colegio que obliga a las mujeres a usar falda, pienso en medio de mi lucha interna, debo recordarme que quiero darle una oportunidad, tanto a él como a mi.

Mi labio empieza a temblar, cierro mi boca y muerdo mi labio inferior, al parecer con demasiada fuerza, tanta que siento el sabor metálico de la sangre en mi lengua. Es obvio que quiero sentir su tacto, pero la parte irracional, la que está asustada como el infierno por su tacto, no piensa igual, no quiere lo mismo, estoy a punto de perder los estribos, siento mis manos temblar, definitivamente es un miedo irracional.

Kyle parece disfrutar de la situación, el ver su sonrisa dibujada me hace despertar de mi letargo, o al menos distraerme de él. Le sonrió angelicalmente como, según mi mamá, solo como yo sabía hacerlo. Muevo mi mano hasta su pecho, es firme, siento su corazón latiendo de forma rápida, me emociona saber que yo lo altero aunque es él quien me toca.

Aprieta de manera leve mi rodilla, pero no la mueve, sigue ahí, sin moverla un centímetro más, yo le sonrió y me aventuro sobre su pecho un poco más, casi como si buscara el mejor lugar para sentir el latido de su corazón. No tengo muy seguro el por qué me comporto así, ni siquiera soy consciente de lo que hago, pero tengo que tomar el control o al menos intentarlo, antes de que mi instinto de supervivencia tome control sobre mi y de repente tenga un ataque.

—¿Has escuchado el dicho: "No calientes lo que no te vas a comer"?— dice Kyle con una voz muy normal para mi sorpresa y la velocidad de su latido.

—¿Quién te dijo que no me lo voy a comer?— contesto con otra pregunta. No sé cómo coquetear, pero al parecer mi pregunta suena a algo parecido, porque estoy coqueteando ¿No? O eso quiero creer.

—Les dije que mantuvieran todo para menores de 13 años— Jay toca la ventana del auto, justo al lado de Kyle, yo no puedo evitar reír al ver la cara de susto del conductor del auto.

—Será mejor que te lleve a casa— dice Adkins mientras su mano se aleja de mi y va hacia su pecho, cubriendo mi mano con la suya, la presiona un momento, sin dejarme escapatoria. Su pulso se normaliza y baja despacio la mano.

Yo pongo de mi parte y alejo mi mano de su pecho, la entrelazo con mi otra mano sobre mi regazo y hago que mi vista se pierda a través de la ventana mientras Jay se monta en el auto de nuevo. No sé que me había invadido para hacerme actuar de esa manera con él, tengo la teoría que la atracción física entre nosotros existe y solo por eso había actuado como una idiota hormonal con él, sí, eso debe ser, si contro mis hormonas, contro el juego, debo poner todo mi ser en controlarme a mí misma.

Por algún motivo el camino a mi casa me parece corto, ni yo misma creo a donde me están conduciendo mis pensamientos, debería odiar pasar tiempo con Kyle, tengo que concentrar mis energías negativas contra él, yo debo ganar.

—Hemos llegado a su palacio princesa, bájate— se inclina hacia mí acercando demasiado su boca a mi mejilla, casi hasta llegar a mis labios, pero solo lo hace para abrir la puerta del carro, lo hace sin intención y aun así logra alterarme, ni siquiera pienso en alejarme, solo trato de probar un poco más si de verdad confío en él, además sus palabras eran un gran ancla a tierra, son una manera muy sutil de invitarme a abandonar la comodidad del auto.

—Quiero decir que fue un placer, pero mentiría, lo único bueno fue la comida, agradécele al chef—desabrocho el cinturón de seguridad.

—De nada— lo miro alzando una ceja —Yo soy el chef— me guiña un ojo y cierra la puerta desde el interior del auto, lo observo con incredulidad —Te veo luego, Jay— choca puños con mi guardaespaldas.

CitrusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora