Spencer Reid

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Uso de juguetes sexuales › Vibrador
Juego anal

...

El control remoto se sentó inocentemente en tu muslo, pero Spencer podría jurar que lo estabas amenazando por el rabillo del ojo.

Spencer era intrínsecamente callado, por lo que no era raro verlo doblado en una esquina de su asiento, no se cuestionó, pero algo acerca de saber la razón por la que estaba siendo un chico excepcionalmente bueno, hoy estaba conectado a su pequeño control remoto y el mensajero que zumbaba firmemente contra su próstata.

La sonrisa detrás de tu libro; Dios, fue divertido verlo probárselo.

Se había quejado tan lindamente, inclinado sobre tu escritorio en el apartamento que compartías, rogándote que dejaras de molestarlo.

Sin embargo, mantuviste tus momentos lentos, deslizando el vibrador en su apretado agujero poco a poco, provocándolo aún más al balancearlo un poco hacia adelante y hacia atrás.

Se había quejado en desobediencia y habías golpeado el juguete dentro como castigo, los ruidos de chapoteo se ahogaron en su fuerte gemido.

Te maravillaste con el recuerdo, con cómo se retorcía cuando encendiste el vibrador, el zumbido bajo que llenaba la habitación, convirtiendo sus gemidos en gemidos de placer cuando subías la presión a través del control remoto.

Desafortunadamente, Derek te sacó de tus pensamientos y ahora estaba parado a tu lado, con las manos alcanzando el control remoto que aún estaba en tu muslo.

Captaste el rostro de Spencer con nerviosismo, pero el tuyo permaneció en calma, tus ojos siguieron la mano de Derek mientras tomaba el controlador, examinándolo entre sus dedos.

-¿Para qué es esto?-. Preguntó, sin dejar de mirar el control delgado de dos botones; era minimalista, de color blanco con botones verdes descoloridos, uno para subir las vibraciones y otro para bajarlas, y afortunadamente, no tenía marcas que lo hicieran irreconocible.

Sonreíste-. Solo un juguete desestresante, sabes cómo me pongo cuando se trata de volar-. Explicaste, la mentira saliendo de tus labios con una facilidad casi preocupante.

En algún lugar, escuchaste a Spencer suspirar de alivio.

Pero el control remoto se quedó en las manos de Derek. Su ceja se arqueó-. Sí, he oído hablar de estos, ¿son de alguna utilidad?

Asentiste con la cabeza inocentemente, construyendo tu mentira-. ¡Lo son! ¡También está científicamente probado!

Los ojos de Morgan se entrecerraro.- ¿De verdad?-. Preguntó, su pulgar rozó el botón y Spencer, quien todavía estaba silenciosa y temerosamente mirando, luchó para evitar que su jadeo estrangulado se escapara.

Obey Me <3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora