Mi pulso se acelera y siento ganas de vomitar al verlo, sus ojos se agrandan y desvía la mirada rápidamente.
Me quedo uno o quizás dos segundos paralizada, cuando bajo mi mirada al piso caigo en cuenta de lo que acaba de pasar.
— Lo siento —dice Jordan y hace el amague de querer agacharse para recoger mi toalla.
No espero a que lo haga, no sé si en realidad lo iba a hacer o no, porque no le doy tiempo ya que con un movimiento rápido cierro la puerta, estoy segura de que el portazo que acabo de dar se escucha en toda la casa, pero no me importa, solo quiero dejarlo a él o a quien sea lejos de mí.
— Salomé, perdón no fue mi intención —escucho que dice del otro lado de la puerta— No sabía que estabas aquí, oí un ruido y...
No termino de escuchar lo que está diciendo porque lo bloqueo, mi mente bloquea todo.
Cojo una toalla de la gaveta y noto como mis manos no dejan de temblar, me cubro con esta lo mejor que puedo, apoyo mi espalda en la puerta y escucho que Jordan sigue del otro lado...
Puedo escuchar su teléfono sonar, él dice algo y el sonido de sus pasos se va haciendo más débil, hasta que poco a poco dejo de oírlo.
Tranquila, respira, respira... Me digo una y otra vez, intentando calmarme. Poco a poco me voy deslizando hasta terminar sentada con la espalda apoyada contra la puerta. Mis ojos me escuecen y con fuerza paso mis manos por ellos para evitar que las lágrimas caigan.
Odio esto, odio sentirme así.
Odio que desde hace seis meses mi cabeza no deje de reproducir escena tras escena todo el tiempo, es como si no pudiera escapar de esos recuerdos, siento que siempre estarán ahí, persiguiéndome. De día intento mantener mi mente ocupada, pensar en todo menos en lo que pasó en ese cuarto y a veces lo logro, tengo momentos de tranquilidad y me siento ligera como si nada hubiera pasado, pero esos momentos duran muy poco y cuando se van dan paso a los peores, los momentos que solo me hacen desear dos cosas: o tener mi mente y mi cabeza lejos de aquí, darme un respiro y volar... o simplemente terminar con todo, darle un fin...
Siento como las lágrimas comienzan a caer sobre mis mejillas...
Estúpido Joaquín ¿Por qué tuvo que arruinarme de esta manera? Él sabía que hubiera dado la vida por él, que todo ese tiempo hice mil cosas para ayudarlo, pero eso... Era la persona en la que más confiaba y terminó haciéndome daño, me rompió de todas las maneras posibles. No solo me quebró físicamente, sino que terminó de romperse emocionalmente.
"Por favor, si no lo hacemos me mataran, nos mataran"
La conversación se repite una y otra vez.
"No, no quiero hacerlo, tiene que haber otra salida"
Los golpes en la puerta.
"Por favor será solo esta vez, no me hagas esto, te necesito. Hazlo por nosotros"
La puerta abriéndose y entrando detrás de él dos tipos que nunca antes había visto.
"Joaquín, por favor..."
Intenté darle alcance antes de que se vaya, cuando llegué hasta él, Joaquín solo ignoró mi suplicas y con fuerza sujetó mis manos y me empujó hacia dentro del cuarto que ocupamos, las risas de los dos tipos llenaron el lugar y antes de que intente llegar de nuevo hasta él, mi hermano cerró la puerta dejándome dentro.
"¡JOAQUIN!"
Golpeé con fuerza la madera de la puerta, pero él no hizo nada, la verdad ni sé si seguía allí cuando lo hice, pero prefiero creer que no, que él se fue y no fue consciente de todo lo que estaba pasando allí dentro, que no escuchó mis gritos ni mis súplicas, prefiero creer eso a saber que él sí estaba ahí y que solo me ofreció, como ofrecería un televisor, un equipo de música, una guitarra o lo que sea, para pagar sus deudas.
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Una Vez Más
Teen FictionElla es todo lo que él odia. Ella representa todo lo malo que él vivió y conoció. Él es para ella el significado perfecto de la palabra IMBECIL. Él es el único que realmente la hace sentir como la versión de ella misma que quiere dejar en el pasado...