Gael me alcanza una botella de agua antes de sentarse junto a mí.
— Somos realmente grandiosos —comenta al vernos en la pantalla—. Mira como cantan nuestras canciones... —señala cuando la cámara deja de enfocarnos y pasa a grabar a parte del público en vivo que tenía el programa.
— ¿Imaginan cómo será en la gira? —pregunta Sam sin apartar los ojos de la pantalla.
Y tienen razón, lo estamos haciendo bien, jodidamente bien.
— ¡Hagamos un brindis! —exclama emocionado Gael—. ¡Por Dukkha! —levanta su lata de cerveza.
— ¡Porque lo estamos haciendo! —añade Sam—. Estamos cumpliendo nuestro sueño...
Los cuatro levantamos las manos para brindar.
— ¡Porque nada ni nadie nos detenga! —Max sonríe emocionado—. Y esto no deje de crecer nunca...
Él voltea para verme y sonríe esperando que le devuelva la sonrisa.
— Por nosotros —añado y levanto mi botella—. Por los cinco y por él...
Los tres asienten, no solo por recordarles a Mauro, sino también porque ahora no somos solo nosotros cuatro, somos cinco y aunque no me agrade del todo admitirlo, sin Baroné no estaríamos donde estamos ahora.
— Siempre tenía que tener razón... —espeta Gael—. Nunca se equivocaba, hasta el final él supo que era lo mejor. —una sonrisa triste se dibuja en sus labios—. El muy hijo de su madre... Insistió para que formemos el grupo, fue él quien conseguía donde tocar y cuando pensé que esto solo era un pasatiempos, un hobbie que ya había durado demasiado hizo que la disquera nos escuchará...
— ¿Recuerdan cuando nos dijo que irían a vernos? —Sam deja su lata en la mesita de la sala—, No nos avisó hasta el último momento, minutos antes de presentarnos...
— Yo no podía sujetar las baquetas bien, sentía que se resbalaban de mis manos —confiesa Gael.
Y Sam comienza a contar como los tonos y notas de las canciones fueron desapareciendo de su mente.
— Max no dejaba de temblar —Gael se ríe e imita como Max sujetaba su bajo temblando—. Creo que sentí el escenario temblar por culpa suya...
— Todos estábamos nerviosos —él se defiende.
Y Gael niega con convicción.
— Mauro no lo estaba.
— El cabron nunca sentía nervios —admite el pelirrojo—. Era inmune a eso. Y si los sentía lo disimulaba muy bien...
— Igual que Jory —Sam me señala—. Si no hubiese sido por ti, yo creo que caía desmayado en medio concierto.
— También estaba nervioso —confieso.
Pero parece que no me creen porque los tres comienzan a reírse.
Y si lo estaba, ese día cuando subí al escenario sentí mis piernas entumecidas y el corazón latiendo de manera desbocada, pero mire a los demás y vi que ellos estaban igual o más nerviosos que yo, si es que eso era posible y Mauro se acercó y en voz baja solo para que yo lo escuchara me dijo que si yo demostraba estar tranquilo ellos también lo estarían, que era quien iba al frente y eso por un momento solo aumento mis nervios a mil, porque tenía razón, yo estaba al frente, los ojos de todos estaban sobre mí, sobre cómo me movía y como cantaba. Si Sam o Gael olvidan una nota, Mauro y Max lo arreglaría y viceversa, lo sabía porque ya había pasado en alguna ocasión, pero ¿Si yo olvidaba la letra?
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Una Vez Más
Fiksi RemajaElla es todo lo que él odia. Ella representa todo lo malo que él vivió y conoció. Él es para ella el significado perfecto de la palabra IMBECIL. Él es el único que realmente la hace sentir como la versión de ella misma que quiere dejar en el pasado...