6. Salomé

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Camino junto a Raquel mientras recorremos todo el supermercado buscando lo que ella necesita comprar.

Pasó mucho tiempo desde la última vez que hice compras y la verdad, me gusta, es algo que me parece divertido. Cuando era niña me gustaba hacerlo con mamá, toda la semana esperaba con ansías el sábado para poder hacerlo, eso era tal vez lo único que compartía con ella, el momento en el que éramos solo nosotras dos.

— ¿Te conté que los amigos de Jory vendrán a cenar?

Raquel toma caja de masa para galletas y pone junto a todas las demás cosas que está comprando.

Intento ocultar lo poco que me agrada esa idea.

— ¿Sus amigos son los de la banda? —pregunto y finjo interés en los estantes que tengo frente a mí.

Puede invitar a quienes quiera porque al final es su casa y yo soy solo una invitada, no tiene porque importarme incluso si sus invitados son tres idiotas, cuatro contando a su indiferente hijo.

— Si, te agradarán, todos son muy encantadores.

— Encantadores... —repito sin pensarlo y ella me mira con atención.

Nunca llegue a comentarle que conocía a su hijo o a sus encantadores amigos, en realidad no tuve oportunidad de hacerlo porque cuando ella me hablaba sobre él no mencionaba que era el vocalista de Dukkha o al menos no lo hizo hasta unos días antes de irse.

¿Cómo iba a saber que Raquel era justamente la mamá de uno de los miembros de Dukkha? Es que a veces las coincidencias pueden ser increíbles.

— Los conozco, o sea no los conozco bien, pero si estuve con ellos varias veces —confieso quitándole importancia.

— ¿Cómo? —pregunta con curiosidad.

Nos detenemos frente al pasillo de las frutas.

— Mi... —pienso cual es la mejor palabra para describirlo—. Mi amigo es el guitarrista de la banda y lo acompañé a varios ensayos y conciertos, es de ahí que los conozco.

— ¿El guapo de pelo castaño? ¿Cómo es que se llama? —intenta recordar su nombre.

— Santiago —digo terminando con su difícil tarea.

— Santiago —repite con una sonrisa— ¿Él era tu novio? ¿No es él quien se casará con la hermanita de Mauro?

Un par de chicas que pasan junto a nosotras se detienen a escuchar nuestra conversación y me miran durante unos segundos antes de susurrar algo entre ellas e irse.

— ¿Libertad? —preguntó en voz baja para que nadie más nos escuche—. Es mi amigo, solo eso y si es Libertad a quien te refieres, si, es él.

Le quito importancia o aparento que en no me importa, como con casi todo en mi vida, esa es la mejor manera de evitar preguntas o conversaciones incomodas, solo hay que fingir que todo te es totalmente indiferente.

Cómo cuando me enteré de la noticia, tuve que fingir que no me afectaba para nada, sonriendo y haciendo como si de verdad estuviera pletórica con todo eso, con esa parte me fue bien aunque  lo que no puede ocultar fue la sorpresa, porque si me sorprendió y mucho, ya que eso no era parte de los planes del Santiago que yo conocía, del que fue mi novio, del chico al que nada le importaba y solo quería pasarla bien, ese Santiago que tal parece se quedó atrás y apareció esta versión de él, está que me costó conocerla y que al principio me parecía solo una fachada, pero que luego de verdad me alegro que no sea así. Ese chico que conocí años atrás no se parecía en nada al que encontré después; una versión mejor de él mismo, pero con el mismo noble corazón que siempre fue tan propio de él.

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