Dos mundos y dos personas completamente diferentes que son unidas por azares del destino. Se caían mal, no se soportaban pero se dieron cuenta que se necesitaban para sentirse bien. Pero no todo lo que brilla es oro y sabe que debía luchar contra vi...
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Se encontraba nuevamente en las butacas del circo con sus hermanos tomando fotos por todos lados para mostrarles a sus amigos y a un Minho comiendo palomitas como si su vida dependiera de ello a su lado.
Suspiró profundamente lleno de nervios.
Sabe que lo que quiere hacer está mal, pero lo necesita, necesita hacerlo o si no, se volverá loco si no lo hace.
¿Está mal lo que quiere hacer? Sí, definitivamente. ¿Se arrepentiría? No, no tiene en sus planes hacerlo, estaba decidido.
—¡Hyunjin hyung, mire esos elefantes!— su hermano menor señaló hacia una de las esquinas donde habían varios elefantes formándose para dar inicio al show.
—Después podemos ir a la casa de las bestias, en el final de la primera función, ¿Te parece? Así puedes tomar más fotografías y a Yeji también la puedes fotografiar— le sonrió cuando su hermano mostró su dentadura y sus ojos se achican en dos medias lunas por la gran sonrisa que le mostró.
—¡Sí, vamos! ¡Le diré a Yeji y a Minho hyung que nos acompañe y fotografiarlo a él también!— se bajó de las bancas mientras corría y se dirigía a su hermana, que hacía vídeos de todo lo que se le cruzaba por el frente.
—Veo que están muy entusiasmados— Minho llegó a su lado, que no sabe en qué momento se apartó de él si hace unos minutos estaba junto a él, y se sentó en la banca de abajo dándole la espalda a la tarima, plasmando su vista en él—. ¿Crees que tu madre se enoje por el lugar al que los has traído? Imagínate la cantidad de barbaridades que te dirá por relacionarlos con la gente de baja sociedad, le da un infarto y los baña en cloro para evitar los gérmenes— bufó con diversión observándolos ir de un lado a otro mientras él seguía comiendo palomitas.
—Nos mataría, a mí primero y luego a ti— tomó un puñado de palomitas y los comió fijando la vista en la tarima frente a él, donde varios chicos arreglaban problemas mínimos y limpiaban los micrófonos.
—¿Aún lo quieres hacer?— le preguntó comiendo más palomitas.
—Sí, estoy decidido a eso. ¿Ya no me ayudarás?— fingió estar dolido mientras el castaño lo miraba.
—Dejate de dramas, Hyunjin, sabes que lo haré, ya te lo prometí— rodó los ojos ante el show de su mejor amigo—. Definitivamente te queda el nombre de “Drama King”— bufó.
—Pues sí, no lo negaré— se encogió de hombros y miró a sus hermanos, que hablaban con otros chicos que estaban en el circo.
—Bien, iremos al acabar ambas presentaciones, así puedes dormir en paz y sin otra erección y...
Tapó su boca con ambas manos para que no siguiera hablando y notó cómo su hermana los quedaba mirando fijamente.
—Jinnie Oppa, ¿Qué es una erección?— preguntó tiernamente mientras ladeaba la cabeza.
