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Miró el lugar a su alrededor y quiso darle un infarto al ver las diferencias que había con los lugares que él solía transcurrir con normalidad

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Miró el lugar a su alrededor y quiso darle un infarto al ver las diferencias que había con los lugares que él solía transcurrir con normalidad. ¿Desde cuándo su amigo visitaba lugares como estos?

La pregunta correcta era: ¿Qué estaba pensando él cuando decidió seguir a su amigo el mismo día en el que confirmó que le gustaban los hombres, cuando a él, claramente, se le había advertido que ese no era un lugar para él?

Nuevamente se sintió herido por la falta de confianza que le había demostrado pese a pasar por tantos sucesos juntos, y que su mejor amigo no le tanga esa confianza de llegar y decir: “Hyunjin, soy homosexual y me gustan los hombres” o sabrá Dios qué otra cosa le hubiera dicho. ¡Pero es que no le dió pistas, por el amor de Dios! O quizá sí lo hizo y él nunca lo notó porque sabe que las relaciones de Minho son solamente de una noche,  pero aún así ¡Nunca le dijo nada! Y eso, lo hirió.

Sentía las miradas de las personas pegadas en toda su anatomía y se arrepintió de haber entrado al lugar sabiendo que estaba repleto de puras personas homosexuales y él estaba completamente seguro de que tenía un buen cuerpo y su rostro dejaba mucho que desear tanto en hombres como en mujeres, pero aún así se sentía nervioso por haber entrado a ese lugar sin nadie que lo acompañe. Ahí mismo, comenzó a temer por su cuerpo.

Miró a todos lados en busca de su amigo y lo encontró fácilmente en la pista mientras se restregaba vulgarmente contra otro sujeto y no supo si sintió cólera por los movimientos o envidia porque de verdad se veía demasiado felíz, felicidad que él ha deseado tener hace mucho tiempo atrás.

Se dió media vuelta para marcharse pero chocó con el cuerpo de un chico un poco más alto que él, al cual se le regó el trago encima, y ambos se quedaron mirando fijamente hasta que el peligris supo que se había metido en problemas cuando el más alto arqueó una ceja en su dirección y lo miró de arriba a abajo con una sonrisa maliciosa en sus labios.

—P-perdón, no te vi, lo siento— con una reverencia trató de marcharse, pero el otro sujeto se lo impidió tomándolo de la mochila.

—Escucha, niño bonito, no puedes venir a mi territorio, mancharme con vodka, pedir disculpas y luego irte. Aquí, lo que haces, lo pagas— sonrió pícaramente—, y no precisamente con dinero.

—¡¿Qué?!— lo miró con los ojos muy abiertos entre asombrado, pero muchísimo más asustado. ¡Ni siquiera había perdido la virginidad con su novia!

—Ya déjalo, JunHae, lo has asustado mucho el día de hoy, puede que haya orinado sus pantalones del miedo— otra voz, masculina y más gruesa de lo que había escuchado antes, se escuchó a sus espaldas y no supo si suspiró por alivio o porque sabía que estaba en serios problemas.

—¿Pagarías tú por él?— el más alto soltó una leve carcajada y lo soltó sin mucha delicadeza, chocando su espalda con el otro sujeto tras él, el que posiblemente lo está librando de una para meterlo en otra peor.

Sabes que no soy bueno -Hyunlix-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora