Dos mundos y dos personas completamente diferentes que son unidas por azares del destino. Se caían mal, no se soportaban pero se dieron cuenta que se necesitaban para sentirse bien. Pero no todo lo que brilla es oro y sabe que debía luchar contra vi...
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El restaurante no era como lo había imaginado, o quizás sí, teniendo en cuenta el ambiente en el que el rubio solía moverse desde hace varios años, pero lo que más le sorprendió fue lo barato de todas las comidas que vendían.
¿Una hamburguesa costando solo 10 dólares? En los restaurantes a los que él solía ir costaban hasta 70 dólares y sin papas fritas incluidas, cabe resaltar.
El rubio lo guió por entre las mesas hasta que encontraron una que era llenada por sus recientes amigos, o así los consideraba ya por todos los sucesos que habían pasado. El menor de todos los presentes lo saludó con una enorme sonrisa mientras lo abrazaba y decía cosas inentendibles por la emoción que sentía, por lo que Hyunjin le devolvió el saludo casi con la misma euforia.
—Innie— llamó Chan desde la mesa y el nombrado se giró, aún con el mayor entre sus brazos—, ya déjalo, lo vas a incomodar— pidió palmeando el asiento a su lado.
—¿Le incomoda?— preguntó con ojos de cachorro regañado y no pudo evitar sentir ternura, por lo que negó con la cabeza—. ¿Félix hyung?— el nombrado les prestó atención, ya que se encontraba hablando entretenidamente con Jisung—. ¿No le molesta si Hyunjin hyung se sienta conmigo?
Se encogió de hombros y Jeongin tomó eso como aprobación, por lo que jaló al mayor de un brazo y lo sentó a su lado, quedando Jeongin entre él y Chan, quien rápidamente colocó una mano en el muslo del menor mientras veía a Hyunjin fijamente y con recelo; al parecer alguien está celoso, y si supiera que él solo tiene ojos para el lindo rubiecito frente a él.
—Luces como si hubieras tenido una buena ronda de sexo, cuenta el chisme— habló Minho por primera vez, tomándolo desprevenido, ganándose la mirada de todos los presentes, con un Chan tapando los oídos al más pequeño.
—¿Cómo se te ocurre decir algo como eso delante de Jeongin? ¿No ves que aún está chiquito?— se quejó Chan aún tapando los oídos de Jeongin.
—¿Me vas a decir que aún no has tenido sexo con él?— elevó una ceja y la vena en el cuello de Chris se disparó.
—¿Hyung?— llamó Jeongin confundido—. ¿Por qué tapa mis oídos? ¿Están diciendo cosas que aún no puedo escuchar?— preguntó con la inocencia plasmada en todo su ser.
—Así es pequeño— le sonrió para calmarlo y Jeongin solo asintió mientras seguía jugando con el teléfono de Chan—. Aún es menor de edad, no quiero que su madre me meta preso por corromper a su hijo— bufó respondiendo la pregunta de Minho.
—Sabes que algún día lo debes sacar de esa burbuja, ¿Verdad? Tiene que conocer el mundo, justo como Hyunjin lo está haciendo— el nombrado lo miró indignado.
—¿Y yo por qué?— se quejó.
—Después de Innie, tú eras el segundo más inocente— habló con obviedad y todos, incluído Félix, asintieron a sus palabras.
