FÉLIX

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Normalmente, suele decirse que aquel que no demuestra sus sentimientos es el que más siente.

La primera vez que sufrió una violación fue cuando tenía 9 años de edad y le tocó quedarse a dormir en la calle porque su madre no lo quiso dejar entrar al haber llegado tarde por estar buscando algo para comer para él y su padre, ya que su madre ese día se había ido a tomar y su padre estaba recién operado del hombro y no podía trabajar.

Le tocó irse a refugiar en un parque cercano y esa fue su peor decisión, puesto que no se escondió bien y un sujeto lo encontró y ahí abuso de él, aparte de que lo golpeó en varias ocasiones cuando éste quiso gritar por ayuda, lo que lo obligó a dejarse hacer hasta que los primeros rayos del sol aparecieron y con ello el fin de su sufrimiento. Llegó a casa llorando y con las mejillas rojas por los golpes y varias cortadas en su rostro, pero no le pudo decir nada a su padre para no preocuparlo, ya suficiente tenía con el sufrimiento que tenían por su madre como para agregarle otro más a su vida.

•••

Recuerda haber estado durmiendo en su habitación cuando unas sirenas de policía se comenzaron a escuchar cerca de su casa, por lo que se levantó y buscó a su padre por todos lados, ya que sabía que su madre estaría en algún bar de la ciudad gastando el poco dinero que poseían en litros de alcohol. Lo encontró sentado en la cama de su habitación mientras sollozaba y se quiso acercar a él, pero un fuerte estrépito, más la madera golpeando contra el suelo, se lo impidieron, además, varios hombres y mujeres uniformados entraron a su casa.

—¿Dónde se encuentra la señora Lee Soojin?— le preguntó uno de los hombres a su padre, que seguía sin moverse de la cama.

—¿Qué pasa con mamá? ¿Ella está bien? ¿Por qué la buscan?— preguntó como si no supiera nada de lo que hacía su progenitora, pero el más que nadie sabía de sus andanzas, solo que no le contaba a su padre para no preocuparlo.

—¿Eres tú su hijo?— preguntó una mujer avanzando hasta estar a pocos centímetros de él y éste retrocedió hasta estar cerca de su padre para protegerlo.

—Así es— respondió firme, con voz profunda, aquella que consiguió gracias a la pubertad y que tanto le gusta, pero esta vez lo hizo por mostrar seguridad ante la autoridad frente a él y no para aparentar ser mayor como lo hacía en la escuela.

—Usted debe ser el señor Lee, ¿No es así?— se dirigió a su padre y éste asintió.

—No hay rastro de ella por ningún lado, comandante Smith— uno de los hombres llegó hasta ellos y se apartó cuando la mujer asintió.

—Bien, por favor acompáñenme— pidió a los Lee y éstos, con desconfianza, se pusieron de pie mientras uno de los hombres ayudaba a su padre por la herida de su hombro, ya que estaba medicado con unos calmantes que no lo dejaban caminar bien.

El menor fue cubierto con una gruesa manta brindada por la mujer mientras le regalaba una sonrisa llena de cariño, que le produjo una sensación extraña en el estómago, ya que no recibía una de esas por parte de sus progenitores hace varios años. Se subió en la parte trasera de una patrulla mientras escuchaba la conversación que mantenían dos agentes fuera de la misma.

—Pobres- dijo uno de ellos—. El maltrato doméstico normalmente es hacia las mujeres, pero como esta vez fue hacia un hombre las autoridades se hicieron los de los oídos sordos y pasaron por alto todo, incluso el maltrato físico y mental hacia el chico por parte de la mujer— eso lo hizo fruncir el entrecejo.

Sabes que no soy bueno -Hyunlix-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora