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Abrió los ojos por la luz que se colaba por la ventana

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Abrió los ojos por la luz que se colaba por la ventana. ¿Dónde estaba? ¿Qué día era?

Miró por todos lados en la habitación y no supo reconocerla. ¿Cómo había llegado hasta ahí? ¿Qué hora era?

Quitó las sábanas de su cuerpo y se encontró con él completamente desnudo, por lo que se dispuso a buscar su ropa por el suelo y debajo de la cama, encontrándola toda en una silla en un rincón de la habitación.

Se vistió con cierto dolor en la cintura y miró a la cama, encontrando a un tipo ahí tirado mientras le daba la espalda y una sábana lo cubría de la cintura para abajo. Buscó en los bolsillos de la chaqueta de cuero que tenía puesta y encontró un billete de 10 dólares y los lanzó a la cama antes de tomar un paquete de cigarrillos que descansaban en la mesa de noche, una botella de algún tipo de alcohol que estaba tirada al lado de la cama y salió de la habitación mientras revisaba las notificaciones de mensaje de su amigo y unos cuantos conocidos a los que solo buscaba para una buena ronda de sexo salvaje y de los que huía a la mañana siguiente.

Salió del edificio y se despidió del guardia, al que ya conocía desde hace unos meses, y siguió su camino por todo el andén sumergido en sus pensamientos.

Después de ese beso que se dió con el mayor, había quedado demasiado excitado y necesitaba de más contacto y atención, por lo que llamó a uno de esos tipos con los que siempre folla, pero aunque fue bueno y duro, como a él le gusta, él quería al peligris; quería que fuera él quien se lo follara y dominara, necesitaba a ese peligris fan del drama cuanto antes con él en una misma cama y entre sus piernas mientras gemía su nombre, necesitaba que el mayor lo poseyera e hiciera suyo.

Gotas comenzaron a caer del cielo anunciando una inminente lluvia y maldijo estar del otro lado de la cuidad, su casa queda aproximadamente a una hora a pie y no tenía para tomar el autobús, los últimos 10 dólares se los había dejado al tipo del hotel. Comenzó a caminar bajo la lluvia mientras tomaba lo que parecía whisky y ajustaba la chaqueta a su cuerpo para cubrirse un poco del frío que comenzaba a hacer.

Pasó por un puesto de frutas y dulces, y antes de pensarlo dos veces, tomó dos manzanas con rapidez y siguió caminando como si no acabara de robar algo, lo cual era muy pequeño para calmar su hambre, pero era más de lo que había comido desde el día anterior.

Un auto pasó por su lado a gran velocidad y lo mojó con el agua del gran charco que se había formado ahí, terminándolo de empapar y destruyendo el medio cigarro que aún le quedaba, por lo que maldijo al conductor mientras sacudía su cabello para deshacerse de la tierra que le cayó encima.

—Perdón, ¿Estás bien?— escuchó una voz a unos pasos de él y negó mientras sonreía.

—No te preocupes, solamente fui bañado por una persona tan es...— levantó el rostro y se encontró con la anatomía del peligris, quien lo veía preocupado—... Tan espléndidamente hermosa como tú— terminó con coquetería.

Sabes que no soy bueno -Hyunlix-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora