Dos mundos y dos personas completamente diferentes que son unidas por azares del destino. Se caían mal, no se soportaban pero se dieron cuenta que se necesitaban para sentirse bien. Pero no todo lo que brilla es oro y sabe que debía luchar contra vi...
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Una semana después, Hyunjin entró tomado de la mano con Choi Yuna, causante de todos sus problemas actuales y persona con quién no quería estar, él sólo quería estar con su pequeño, con su bebé, pero no podía, no por ahora.
Se había dedicado a llenarse de trabajos en la universidad y asistir más de lo necesario a los entrenamientos con el equipo de fútbol para no ver a Yuna o a sus padres, su madre no sabía nada de lo ocurrido y él ya no tenía la valentía suficiente para decirle a su madre nada. Quería a su bebé quien era su soporte y desgraciadamente ya no estaba con él.
¡Incluso le habían confiscado el teléfono e iban a buscarlo todos los días a la universidad!
Estaba sin poder comunicarse con alguno de sus amigos o su novio, o eso creía suponer, que aún estaban en una relación. Después de todo, él nunca había afirmado que terminaban, sólo se fue enojado o quizás decepcionado de su habitación hace una semana y tampoco ha respondido alguna de las preguntas que le manda con Minho.
Se siente atrapado.
—Pienso ir con Sungie al baile— habló, el ahora, pelirrojo.
—¿Tus padres ya saben?— preguntó el alto mientras le daba un mordisco a su hamburguesa, quizás y sea la única comida que ingiera ese día.
—Sí, aunque ninguno de los dos lo aceptó— se encogió de hombros.
—¿La relación?— lo miró fijo y éste negó.
—Que sea “pobre”— hizo las comillas con sus dedos y Hyunjin lo miró sorprendido.
—¿Están bien con que sea un hombre? ¿Tus padres?
—Sí, sólo quieren a alguien que me quiera por ser quién soy y no por lo que tengo, o algo así me dijeron. Aunque tengo la sospecha de que ya sabían que no le iba a las chicas, así que supongo que por eso no se asombraron tanto cuando lo llevé a casa y al contrario, lo trataron con mucha amabilidad y felicidad. De todos modos no pensaba dejar a Jisung solo porque no es de su agrado, es mi relación, no la de ellos— se encogió de hombros y siguió con el almuerzo, robándole las papas fritas a su mejor amigo, quién analizaba cada cosa dicha por el pelirrojo.
«Es mi relación, no la de ellos»
Esa sola frase dio vueltas en su cabeza todo el día, incluso cuando fue a comprar las entradas para el baile y vio a Seungmin junto al más bajo y éstos lo saludaron, aún cuando sabía que Changbin estaba enojado con él por lo que pasó en su casa hace unos días.
—Hyunjin oppa, tanto tiempo sin verte— escuchó a sus espaldas y reconoció a Ryujin, hermana de una de las amigas de Yeji.
—Oh, hola— le sonrió cortésmente antes de avanzar en la fila para comprar las entradas—. ¿Estudias aquí o acompañas a alguien? Nunca te vi en los pasillos o en el comedor— Minho se acercó a ellos y se presentaron antes de continuar con su conversación.
