Dos días después de la fiesta, Regis por fin pudo despejar un poco su mente, tras haberse encargado de los inconvenientes surgidos durante la celebración del cumpleaños de su hija. En la hora del almuerzo, el mayordomo se le acercó y preguntó.
—Duque, disculpe mi intromisión... Por supuesto que no está en la obligación de responderme. Es solo que el día que regreso de la fiesta, note que no traía su saco... ¿Paso algo grave?—
El Duque pareció por un momento ignorar la pregunta.
—Diría que sucedió algo inoportuno.—
—Es una pena que el regalo que le dio su hija...
Al escuchar esas palabras, fue en ese momento que pudo recordar lo importante que era ese saco. El año pasado en su cumpleaños, Jubelian le había dado eso de obsequio, especialmente ella bordó las mangas de azul con plateado, y le colocó una broche del color de los ojos de ella.
Fue algo que impresionó bastante a Regis, y lo valoro mucho; por eso decidió ocuparlo en su fiesta, al igual que, en ocasiones especiales. Incluso Cassie días antes de entregárselo, se percató de esos detalles, pensó
<Woah. Puede que sea algo especial para él>
Después el Duque pensó.
<No puedo creer que haya olvidado algo tan preciado para mí. ¿Ahora qué debo hacer?... No puedo ir a pedírselo, el simple hecho de visitar el marquesado Keizth es mala idea, podría malinterpretarse la situación... Además si fue algo que le dí, ¿no sería grosero pedir que me lo devuelva? O ¿ella... >
Como Regis estaba absorto en sus pensamientos, el mayordomo tuvo que hablar más fuerte.
—Duque, duque, ¡duque!
Regis reaccionó ante el llamado y preguntó directamente.
—Cuando le das algo a una persona, ¿existe la probabilidad de que te lo regrese?—
—¿Se refiere al saco?, espere... ¡¿Se le dió a alguien?!— preguntó el mayordomo asombrado.
—Si, a una señorita.
—¡¿Escuche bien?!, ¿no se refiere a su hija verdad?... ¿En serio se trata de una mujer que no es Jub...?
El Duque le lanzó una mirada severa, el mayordomo volvió a recuperar la compustura.
—Estoy muy seguro que si se trata de una joven dama, vendrá a dárselo, confíe en mí—
Por otra parte, también se puso a reflexionar
<Me preguntó qué pasó para que se lo diera... Si existe la posibilidad de que la chica lo conserve, pero es mayor la probabilidad que venga a visitar el ducado con tal de verlo>.
Pasaron los días y no parecía ver señal que una señorita se acercará a la mansión. El mayordomo se puso tenso después de tres días.
<Espero de verdad que la joven no haya escogido conservarlo>
Al final de la semana, por fin llegó un carruaje a la entrada del ducado. Los caballeros ya habían recibido instrucciones que lo dejaran pasar, solo que, tenían que ser discretos y simular una inspección.
El mayordomo se impresionó, cuando vio a la dama.
<Espera, ¿cómo no lo pude adivinar antes?, se trataba de la hija del marqués Keizth, ciertamente es una joven hermosa.
El día después de la fiesta recuerdo haber visto a su padre, creí que él había venido por asuntos comerciales; aunque el Duque nunca ha aceptado asociarse con él, a veces lo asesora en ese aspecto>
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Cassie-- P.N.Q.C
RomanceFANFIC Reencarne al final de mi novela favorita como un extra, siendo la hija de un marqués. Creí que al llegar al final de la historia, las cosas podrían ser sencillas, no tendría que preocuparme por un villano o que los protagonistas estén a salvo...