15. Una Situación Inesperada

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Los cálidos rayos del sol entraban en la oficina de Regis, quien estaba apurado ordenando unos documentos.

<Parece que por fin terminé de revisar todo>, pensó dando un breve suspiro.

Casi llegaba el momento de partir hacia el Sur con su hija, el Emperador y Cassie.

Sin embargo, era un poco extraño pensar que ellos tres viajarían juntos; por lo que se preguntaba si dejarían sola a la señorita Keizth en otro carruaje.

Aunque probablemente si ese fuera el caso, Julia estaría con ella.

<¿Por qué estoy pensando en eso?>, reflexionó mientras se tocaba su frente.

En ese momento alguien tocó la puerta.

—Adelante— exclamó Regis.

El caballero se inclinó cortésmente y habló

—Duque, se ha reportado que en la montaña de Gald han aparecido varias criaturas mágicas, pero algunas de ellas son bestias con gran maná... Se requiere de su ayuda.

—Está bien, en un momento saldré.

El joven se agachó nuevamente y se retiró de la oficina.

Afuera de la mansión, el caballero saludó a uno de sus amigos.

—¿Irás a la montaña Gald?—

—No, regresaré al palacio imperial, quiero ver a mi hermosa flor dorada.

—Es nuestra bella flor dorada... Me preocupé cuando escuché que se desmayó en el Palacio... Pensé que probablemente no estaría en el festival—

—También yo, pero al parecer ya está bien... Sabes he decidido que la invitaré a salir en el festival...—

El joven dio un profundo suspiro y continúo hablando

—Ella es tan bonita, es un alivio que aún esté soltera... —

—¿Crees que tengas una oportunidad con ella?— preguntó su amigo

—Claro que sí, soy guapo, un buen espachín, mi padre tiene un trato comercial con el marqués Keizth y mi madre se lleva bien con...

—Parece que ustedes han terminado sus deberes, así que vendrán conmigo a la montaña Gald— fue interrumpido por el Duque.

A los dos les recorrió un frío en la espalda al escuchar sorpresivamente la voz de Regis.

—Duque, yo... Yo no puedo...— trató de hablar, pero su amigo le sujetó fuertemente su hombro dándole a entender que mejor no dijera nada.

Regis se paró por un momento y lo miró fijamente.

—Quiero decir, no puedo esperar por ir con usted, será un honor acompañarlo—

—Quiero decir, no puedo esperar por ir con usted, será un honor acompañarlo—

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Cassie-- P.N.Q.CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora