El fuego era cálido en la oficina de Regis en esa noche ligeramente fría. Él se encontraba cómodamente revisando unos papeles, mientras bebía un delicioso té que su hija le había regalado hace días.
En ese momento, el aroma dulce y agradable hizo que esporádicamente apareciera la voz de Jubelian en su mente, recordando así ciertas palabras de la conversación que anteriormente habían tenido.
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Jubelian preparó un té de jazmín para su padre. Ambos se encontraban degustando un pay de manzana recién horneado en el jardín central.
Mientras tenían una charla amena, ella habló sutilmente.
—Papá, sabes que estoy muy feliz por el hecho de que pasas tiempo conmigo y ahora no existe ninguna amenaza para nosotros—
Regis sonrió cálidamente ante esas palabras.
—Pero, ¿no crees que sea tiempo de que busques a alguien con quién...
—Jubelian, ya hemos hablado sobre esto— interrumpió con una voz algo seria.
Ella dio un leve suspiro.
—Está bien.... Arnold me ha dicho que estos últimos meses casi te la has pasado encerrado en tu oficina y que no has salido muy seguido...
—Sabes que casi siempre he venido a verte, así que no tienes de que preocuparte.—
—No me refiero a eso. Deberías salir al menos a la capital y disfrutar visitando varios lugares hermosos.
—Hija, también he estado haciendo eso...
—Por Dios, visitar un sitio una vez al mes y estar menos de media hora no es una manera de salir a...
Jubelian hizo una breve pausa, se había exaltado un poco; pero volvió a guardar la calma y continuó hablando.
—Papá... Estoy muy agradecida de que quieras ayudarnos y se que por eso te has mantenido ocupado. Max ha crecido bastante y con tu ayuda ha logrado ser un buen emperador, sin embargo, también tiene que aprender de sus errores.
Colocó su taza de té en la mesa y tomó la mano de su padre.
—Lo que quiero decir es... creo que es tiempo que poco a poco nos dejes arreglar los asuntos del imperio por nosotros mismos. Papá de verdad deberías intentar salir, hacer las cosas que te gusten... El imperio ahora ha mantenido una gran estabilidad y eso en parte es gracias a ti.
Bien era cierto que como en todo, siempre existen algunos problemas cuando gobiernas un territorio. No obstante, hace varios años que no se había visto una estabilidad así en el imperio Ashet**.
Regis se quedó callado por un momento, no encontraba las palabras adecuadas para responderle a su hija.
—Solo piensa en ello después...
—Está bien—respondió Regis.
Jubelian extendió un pequeño regalo hacia su padre.
—Toma, lo preparé para ti...
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Arnold tocó la puerta.
—Duque... ¿Sigue ahí?—
Regis reaccionó ante el llamado.
—Si, adelante—
—Debería ir ya a descansar—
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Cassie-- P.N.Q.C
RomanceFANFIC Reencarne al final de mi novela favorita como un extra, siendo la hija de un marqués. Creí que al llegar al final de la historia, las cosas podrían ser sencillas, no tendría que preocuparme por un villano o que los protagonistas estén a salvo...