28. Una plática necesaria

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Ya había pasado un poco más de una semana desde aquel beso, y el Duque seguía manteniendo cierta distancia con Cassie.

No solían frecuentarse mucho dado que solía estar fuera casi todo el tiempo, porque desde la mañana se la pasaba entrenando y se encontraba fuera casi todo el día, debido a que tenía que ayudar a Max con los asuntos imperiales.

Intentó seguir los consejos de Hana, pero no resultaron con tanta efectividad, el Duque sí llegaba a hablar con Cassie; sin embargo, no tenía una conversación profunda, dado que casi siempre estaba ocupado.

—Tranquila mi señora, tampoco puede mostrar que necesita su atención, de por sí están empezando algunos rumores sobre ustedes, pero los he cesado porque la situación que ahora tiene el Imperio y tampoco es que no sea verdad....— habló Hana acomodando su té.

Cassie se tiró en el sillón suspirando profundamente, recordando aquel beso, era inevitable que no estuviera en su mente, la sensación de tocar sus labios y tener sus cuerpos cerca era algo especial para ella.

Lo que no entendía era como Regis podía actuar como si nada hubiera pasado, ¿quizás había sido un error?, se lo preguntaba constantemente; no obstante, estaba segura que si volviera a ese momento, lo haría de nuevo. No tenía ningún arrepentimiento de aquella acción.

—Mi señora, no se preocupe hay un arma que casi funciona en todo los hombres... Créame...

Cassie se levantó y se sentó para escuchar atentamente a Hana.

La indiferencia, a la joven no le parecía un método tan efectivo, en algunos casos sabía que si llegaba a funcionar pero presentía que con el Duque no sería así

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La indiferencia, a la joven no le parecía un método tan efectivo, en algunos casos sabía que si llegaba a funcionar pero presentía que con el Duque no sería así. Sin embargo, nada perdía con hacerlo.

Cassie empezó a salir y también a evitarlo, aunque de todos modos no se frecuentaban mucho en esos días.

Por lo regular aprovecho para salir de compras, explorar lugares de comidas y perfumes (estar checando su competencia) y finalmente visitar su local.

A mitad de semana, mientras Cassie revisaba que la nueva mercancía estuviera acomodada perfectamente en los estantes y Ophelia iba por las nuevas etiquetas para el mostrador, apareció una persona que poco a poco empezó a reconocer.

—Buen día, adelante, puede pasar.... En un momento llega la señorita que está atendiendo...

—Gracias— cuando aquella joven levantó la mirada, Cassie la reconoció.

—¿No eres del templo?...— murmuró en voz baja, dudaba porque tenía el cabello largo y vestía como si fuera de rango bajo.

—Parece que me descubrió....— en ese momento Lilian se puso alerta, era la única caballero que estaba en todo momento cerca de Cassie.

Cassie-- P.N.Q.CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora