Un gran poder mental, trae a la realidad tus peores pesadillas a vivir contigo, ¿Qué podría salir mal? Vivir rodeada de asesinos seriales no debe ser tan malo.
Al menos, hasta poder regresarlos a sus respectivas dimensiones...
Los personajes no me p...
Al salir, al fin pude respirar aire fresco, era horrible estar ahí dentro soportando ese fétido olor, me alegraba que los rayos del sol me dieran en la cara en ese momento. Los perdedores todavía se encontraban junto a nosotros, no perdían de vista al payaso quien delicadamente sentó a su chica en el pasto bajo la sombra de un árbol. Habíamos salido a un arroyo donde los chicos enjuagaban sus zapatos, Penny hacía lo mismo, tomando un poco de agua prosiguiendo a limpiar mis pies con delicadeza, era una adorable acción ante mis ojos, así que solamente me limité a sonreír.
Pennywise: No debiste entrar a las cloacas... - seguía limpiando. - Ese no es un lugar para ti, cariño. - pronunció con tranquilidad mirando a la chica.
- Eso no importa, lo hice por ti, quería verte... - acarició el rostro del asesino.
Pennywise: Lamento que hayas tenido que pasar por eso. - los perdedores se acercaron hasta la pareja. - ¿Siguen aquí? - les miró. - No tengo tiempo para ustedes, ¡Lárguense ya!
Beverly: No dejaremos a Adhara. - habló con cierto temor.
Richie: Así es, no te tenemos confianza maldito payaso. - afirmó, aunque por dentro sintiese miedo por el cambia formas.
Bill: Ella es una de nosotros ahora, Pennywise. - tartamudeó mirando al psicópata. - Es parte del club. - Eran tiernos al defenderme.
Pennywise: Pero que tiernos. - comentó sarcástico. - Me importa un carajo, si no se largan los mataré, lárguense. - su voz se tornó grave. - Largo.
Eddie: Será mejor irnos, no lo hagamos enojar. - usó su inhalador.
El devorador de mundos perdía la paciencia con los perdedores, estaba siendo demasiado suave con ellos, y aún así no se marchaban. Sus ojos rojos y sus presentes gruñidos eran una advertencia de que no los quería cerca, deseaba y anhelaba estar a solas con su amada, quería privacidad. Sin embargo, comenzaba a perder la cordura volviendo a ser agresivo nuevamente, sacó sus filosas garras y se abalanzó contra los adolescentes con intención de matarlos.
-¡¡Espera no!! - lo sujetó de la espalda, pero sólo lo retenía un poco, pues caminaba aún con ella sujetándolo. - ¡Detente, no lo hagas! - había logrado pararlo . - Chicos, mejor váyanse, es por su seguridad, yo voy a estar bien. - la veían batallar con el furioso payaso.
Beverly: Te veremos después, Adhara. - la chica asintió, y los jóvenes asustados se fueron inmediatamente de allí, pues el asesino yacía descontrolado.
Al estar por fin solos, observó que la apariencia del bailarín empezó a cambiar, más específicos a la de aquel joven que tomaba forma. Su expresión había cambiado, la respiración algo acelerada y su mirada confusa, mostraban que aún no estaba del todo bien, todavía peleaba en su interior para volver a tomar el control de sí mismo.
Pennywise: Lo siento... - pronunció con honestidad tratando de controlarse.
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