Terroríficas pero bellas pesadillas. (Completa)

Capítulo 2: Dr. Hannibal Lecter

La pequeña tuvo tanto miedo de ser encerrada nuevamente, que sus ojos comenzaron a brillar intensamente; que una puerta ovalada de colores resplandecientes se abrió delante suyo. El doctor quedó paralizado ante lo sucedido, sintiendo temor, y decidió huir sin importarle la seguridad de la niña, tan sólo quería asegurarse de que él no estuviese en riesgo, huyendo como un cobarde sin mirar atrás.

La pequeña miró a "ese" alguien que salió del portal, este era un hombre castaño de edad madura, estatura media y con una mirada tan sombría, tan perturbadora, que a cualquiera le pondría la piel de gallina de mirarlo por unos instantes a sus ojos. Parte de su rostro estaba cubierto por una especie de bozal, causando que su apariencia fuese más inquietante.

¿Qué sucedió? ¿Cómo fue que llegué a este sitio?, de la nada fui arrastrado por lo que parece ser una puerta dimensional. Y lo único que veo, es a esta pequeña niña con ojos brillantes, y sino me equivoco, fue ella quien abrió este portal haciéndome viajar a través de él... Solamente ella es capaz de hacerme regresar, interesante... Pensó la mayor mente psicópata de todos los tiempos.

Los ojos de la niña empezaron a dejar de brillar, volviendo todo a la normalidad cerrando el portal. Ella continuaba llorando manteniendo su cabeza baja, ni si quiera le importó quién había salido de dicho portal, pues estaba sola y perdida. Su extraño acompañante no dejaba de mirarla, provocando ciertas dudas acerca de la pequeña que no paraba de llorar. Él podría ser un asesino en serie, pero nunca le haría ningún daño a un infante.

-¿Qué sucede pequeña? ¿Por qué estás llorando?, ¿Te perdiste?- Le dijo tranquilamente el hombre.

-Nadie me quiere, nadie quiere estar conmigo, todos me tienen miedo- decía triste sin dejar de llorar.

-Tranquila... Primero debes dejar de llorar, una niña tan pequeña como tú, no debería estar de esta manera- le decía mientras se agachaba a su altura. -Ahora, ¿En dónde están tus padres?

-No tengo mamá ni papá- habló ya más tranquila.

-Entiendo, ¿Cuál es tu nombre pequeña?

-Soy monstruo ¿Tú cómo te llamas?- decía inocente.

-¿Monstruo? Ese no es un nombre para una niña tan especial como lo eres tú, necesitas un verdadero y digno nombre... Por cierto, me llamo Hannibal Lecter, Dr. Hannibal Lecter- saludó de mano a la tranquila niña, quien respondió a su cordial saludo.

Hannibal se percató inmediatamente que una niña con éste poderoso potencial, era una gema en bruto, quien además no debería estar sola. Con la debida educación, llegaría a ser una mujer altamente poderosa, y que mejor que un Psiquiatra para educarla... Una mente con la mayor inteligencia que pudo existir como él, se encargaría de que esta niña logre controlar su poder, aunque no sería una fácil tarea...