En el olvido.

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Incesantes ruidos de cadenas y constantes quejidos, llegaban a escucharse en la puerta del sótano, ruidos que lograron llegar a los oídos de Eileen, quien pasaba por el pasillo de la planta baja. Dudosa, acerca del paradero de esos sonidos, su curiosidad le ganó entrando a aquella oscura habitación, el sótano le pertenecía a Herbert, pero sabía que ese lugar tenía un cuarto extra, por lo que suponía que venían de ahí. Al llegar a dicho compartimiento, observó detalladamente a un joven colgado y en malas condiciones, esa persona era la causante de los ruidos al tratar de zafarse. 

Eileen: Por todos los cielos... - lo veía atentamente, se percató de inmediato que yacía un notorio charco de sangre que  visiblemente goteaba de su hombro.

Billy al escuchar la voz femenina, detuvo sus movimientos para así poder intentar comunicarse con ella, pero debido a los amarres en su boca, sólo pudo emitir gemidos de los que no se entendía palabra alguna. Ella no sabía cómo es que él había llegado hasta aquí, pues la joven madre era la única que estaba en casa y no vio a nadie entrar. Lo que pasó por su mente es que este chico era un rehén, ya sea de Hannibal, Pinhead o Pennywise... Entendía perfectamente que residía en el hogar de un asesino, por consiguiente, sería mejor no entrometerse en sus asuntos, aunque no significaba que no surgiera la duda de quién es.

Eileen: ¿Por qué te tienen aquí? ¿Qué hiciste? - la mujer seguía mirándolo.

Pinhead: Se trata de Ghostface, el hombre que secuestró a Adhara. - pronunció sombrío apareciendo tras Eileen. - Él fue el causante de que la niña viviera ese tormento en el psiquiátrico.

 - Él fue el causante de que la niña viviera ese tormento en el psiquiátrico

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Eileen: Ya veo, así que por eso está aquí... Pobre chico. - se sentía mal al saber eso, pues su hija sufrió en ese sitio, pero también, si la joven de los ojos rojos no hubiese arribado en el hospital, jamás la habría visto de nuevo. - Pero, ¿Cómo es que él llegó...? - la interrumpieron.

Pinhead: Pennywise lo trajo, puede pasar inadvertido cuando quiere... De cualquier manera, esto era cuestión de tiempo, de una u otra forma iban a atraparlo. - sonrió - Salgamos. - la joven madre asintió y salió junto al cenobita.

(...)

Durante la exquisita cena, la futura pareja de esposos dio el anuncio de su compromiso, el cual fue brindado y felicitado al instante, pues una nueva etapa comenzaría para ellos donde formarán una familia. Al terminar, y después de un ardiente ducha llena de candentes besos, apasionadas caricias y una excitante entrega carnal, Adhara dormía sobre el amplio pecho del payaso, mientras que el devorador de mundos acariciaba la cabellera negra de su amada, divagaba en lo afortunado que es al poder volver a esta dimensión, donde conoció a la joven que lo cambió por completo, y que ahora se convertirá en su esposa. 

No obstante, el cambia formas cerró sus ojos con una resplandeciente sonrisa de felicidad; para al fin entrar al mundo de los sueños.

En el sueño.

Terroríficas pero bellas pesadillas. (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora