Un año después.

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Un año había transcurrido desde la boda, después de la luna de miel, Adhara regresó a su trabajo en el hospital psiquiátrico, y como era de esperarse, Pennywise no se le separaba; obviamente sin interrumpir las terapias de los pacientes. Todo iba de maravilla en su vida matrimonial, pero hace unas semanas la joven de los ojos rojos notó ciertos cambios en su cuerpo; como cuando tuvo un mareo estando en una conversación con Nick. Además, Noche no se alejaba de ella, y siempre la estaba cuidando, se volvió muy sobre protector.

No quería adelantarse a respuestas apresuradas, y a nadie le había comentado de sus sospechas, prefirió guardarlo para ella al menos hasta estar segura. El día marchaba pacífico y ya no tenía pacientes por atender, ahora que su esposo le ayudaba a Hannibal, aprovechó para ir a buscar a la única persona que podría darle información precisa, se encaminó al consultorio de  Herbert esperando que no estuviera ocupado.

-Herbert- abrió la puerta. -¿Crees que podamos hablar?- le miraba, mientras cerraba la puerta.

Dr. Herbert: Por supuesto, ¿Qué puedo hacer por ti? 

 Herbert: Por supuesto, ¿Qué puedo hacer por ti? 

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-Seré lo más directa posible- suspiró. -He sentido ciertos cambios últimamente, así que... ¿Tomarías una muestra de mi sangre? Me gustaría saber si puedes detectar algo inusual.

El joven doctor se quedó pensativo, ¿A qué síntomas se refería? Adhara no era de la gente que venían a pedir dichas cosas, si ella requería saber de esos resultados, es porque realmente lo ocupaba.

Dr. Herbert: Seguro, siéntate- la poderosa chica tomó asiento mientras su amigo preparaba lo que necesitaría para la extracción  del fluido corporal.

Ya teniendo todo listo, inició a sacar la sangre de Adhara, al hacerlo, él notaba el peculiar color, ya que era de un rojo muy oscuro con ciertas tonalidades negras. Nunca vio una sangre así, sin duda estudiaría a profundidad la esencia de la joven mitad terrícola, y no desaprovecharía este única oportunidad en su vida.

Dr. Herbert: En cuanto obtenga los resultados te lo haré saber. - le sonrió, guardando el tubo de ensayo que contenía la información genética de la chica.

-Te lo agradezco- le devolvió la sonrisa. -Sólo te pediré que esto quede entre nosotros-  él asintió, y la chica regresó a su lugar.

Por la noche, mientras ella dormía profundamente, el payaso recostaba su cabeza en los pechos de su amada, yacía despierto escuchando los latidos de Adhara, los cuales se habían vuelto más rápidos de lo normal, generándole incógnitas. Pero también escuchó algo más, bajó hasta el vientre y colocó el oído sobre su piel, se quedó pensativo a lo que su agudo oído detectó, así que simplemente regresó al pecho de su esposa y se durmió con una expresión neutra.

Al día siguiente, durante el almuerzo, la chica comía más porciones de lo normal, e inclusive bebía demasiada agua como si estuviese deshidratada, los presentes no se inmutaban en disimular al estar observándola, pues eso no era común en ella.

Terroríficas pero bellas pesadillas. (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora