Control mental

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Dormía tan plácidamente como el amo y controlador de sueños que soy, soñando que perseguía a los imbéciles jóvenes que viven en la calle Elm. Disfrutaba tanto verlos huir de mí suplicando por su vida, me encantaba escuchar sus gritos de temor brindándome más poder, pero...

Freddy: AHH, ¡BASTA! ¡BASTA!, FUERA DE AQUÍ. – Noche había amanecido a su lado despertándolo a lamidas por toda la cara, causando molestia al Acuchillador de Springwood, se disgustó al ver su cama llena de tierra y hojas, pues no le gustaba que estuviera sucia, y menos que fuera cubierta por pelos de lobo, así que salió directamente a la habitación de la chica y hacer su reclamación.

Freddy: ¡Mocosa! Tu estúpido perro pulgoso se acostó en mi cama ensuciando... – no terminó su frase, al mirar cómo la joven y el payaso dormían juntos, abrazándose mutuamente.

Pennywise: ¡Shh cállate! ¿Qué no ves que estamos durmiendo? – habló bostezando tallando sus ojos, tal escándalo de Krueger, provocó que la chica despertara.

Freddy: Pero qué picarón resultante ser frentón, durmiendo con la mocosa, y dicen que yo soy el pervertido. reía — ¡¿Y cuándo se van a casar?! – exclamó.

¡Freddy! – ella tapó su rostro  sonrojado a lo recién comentado. – ¿Por qué gritabas? –

Freddy: Venía a decirte que tu maldito perro ensució mi cama. – se cruzó de brazos con expresión molesta. - Está llena de pelos, hojas y tierra. -

No es un perro, es un lobo. – le corrigió.

Freddy: ¡Lo que sea! El punto es que la ensució. le contestó molesto, Adhara sonrió, pues para ella era un fastidioso agradable.

Lo limpiaremos... –  Salieron los tres de la habitación rumbo a la cocina, y así poder comer algo.

Pinhead: Después de que comas algo, comenzaremos a desarrollar tu poder niña. – reiteró serio afirmando lo que dijo.

Seguro Pinhead. –

Después de haber almorzado, estaba lista para empezar, aunque no tenía la mínima idea de cómo sería el entrenamiento... Sólo vi que Pinhead tomó su cubo y puso su dedo sobre éste, girándolo. Las puertas y ventanas se abrían cerrándose una y otra vez, dejando ver un intenso resplandor blanco que iluminó la sala, todos estaban atentos a lo que sucedía, la pared de la habitación se abrió dando paso a otra puerta, de la cual salía una densa neblina, cuando terminó todo, Pinhead estiró su mano hacia mí, la cual tomé.

Pinhead: Caballeros, son bienvenidos si desean acompañarnos, vamos niña, por aquí... – caminé sin soltar su mano, mi papá y los chicos habían entrado tras nosotros, siguiéndonos.

Terroríficas pero bellas pesadillas. (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora