Noche de bodas.

521 27 3
                                    

Capítulo +18.

El campamento se había quedado solo, los invitados y personal contratado se marcharon; quedando únicamente los recién casados. La joven era llevada por su esposo a una de las cabañas que se situaban ahí, se adentraron al dormitorio y ella se sentó en la cama, observando que en la densa oscuridad resaltaban de manera radiante los ojos de su pareja, ; que la veía con atenta fijación, como si la estuviese acechando. Adhara pudo sentir escalofríos que recorrían por toda su espalda, pues esa mirada la hizo sentirse cohibida momentáneamente, y los gruñidos que emitía la volvían prácticamente su presa.

 Adhara pudo sentir escalofríos que recorrían por toda su espalda, pues esa mirada la hizo sentirse cohibida momentáneamente, y los gruñidos que emitía la volvían prácticamente su presa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pronto comenzó a dirigirse a la chica, se colocó frente a ella y se arrodilló  quedando entre sus piernas sin dejar de mirarla. Empezó a introducir sus manos dentro del vestido acariciando  la piel con delicadeza, provocando que su amada comenzara ligeramente a temblar. Deslizó  la ropa interior hasta quitarla por completo, la joven al sentir su gentil tacto, se inclinó a besar los labios de su esposo, un beso lento pero candente del cual se trataba de guerra de lenguas, un beso tan húmedo que al separarse sus salivas caían por sus barbillas, volviendo a empezar una nueva batalla.

El payaso bajaba el cierre del hermoso vestido mientras continuaba besándola con intensidad, al despojarla de aquella vestimenta, dejó a la vista sus bellos pechos que tanto le encantaban, su atención se fijó en ellos e inició a babear con exhalaciones de excitación. Sin dudarlo más, se abalanzó sobre uno para lamerlo y succionar su pequeño brote que lo enloquecía. La joven por su parte, se ruborizó sintiendo un inmenso placer, abrazó al cambia formas apegándolo más a sus senos y así intensificar su acto.

No había palabras, simplemente los sonidos eróticos inundaban aquella oscura cabaña, donde sólo la luna roja y la noche, eran testigos de lo que sucedía dentro de la vivienda. El devorador de mundos recostó a su mujer y con su larga y viscosa lengua, recorrió cada parte de su cuerpo lamiendo con gran deleite, saboreando lo que la anatomía de ella le brindaba.

El bulto en su entrepierna le molestaba con la tela de su pantalón, y en cuestión de segundos se deshizo de su ropa y  abrió las piernas de la chica colocándose entre dichos apéndices, tenía una perfecta visión del cuerpo de su amada, todavía no comprendía cómo es que esa chica lo volvía loco, sin cordura, deseoso de hacerla suya por siempre, disfrutar de todo su ser...

Repartía infinidad de besos por todo su vientre y pechos, hasta subir a su cuello donde le daba mordidas sin perjudicar la piel. Tanto él como ella estaban perdidos en deseo y placer, de nuevo se besaron pero esta vez con pasión, y sin previo aviso,  el payaso entró en la feminidad de Adhara generando que ambos gimieran. Sólo fue suave al inicio, incrementando las estocadas con más velocidad, una y otra vez sus pieles chocaban en exquisitas embestidas llenas de lujuria. 

Salió de la joven y la posicionó de espaldas levantando su trasero volviendo a penetrarla, no aguantaba su deseo de copular con la chica, pues sus gemidos eran música para el asesino, escucharla decir su nombre pidiéndola más le hacía perder la mentalidad. Aumentó su fuerza introduciéndose más a fondo, logrando que eyaculara en su vientre, hasta la última gota de su semen quedó dentro de Adhara.

Terroríficas pero bellas pesadillas. (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora