Desanimada y apática, Catra no tiene más remedio que ir a la escuela. Sentirse irremediablemente vulnerable ante la vida no le es nuevo y aun así no se acostumbra.
Un martes cualquiera ahora es un martes de entrenamiento, darle ese título a un día de nuevo se siente nostálgico y a la vez raro. Las clases aún no han iniciado y ya está cansada, siente que no tuvo suficiente descanso, entre un domingo emocionalmente demandante y de nuevo la escuela en lunes; se siente como un maratón. Quizás solo es el ejercicio extra y se ajustará en dos o tres semanas.
Apenas entrando en la escuela mira por los pasillos, nada interesante, pero se sobresalta cuando una mano se posa sobre su hombro, reacciona lista para golpear con el codo, pero otra mano lo detiene y antes de que se gire para enfrentar a quien sea que se tome tales libertades para tocarla.
—Está bien Catra soy yo, lo siento si te sorprendí— Adora habla felizmente, se ve radiante, sonriendo como si la vida no fuera una mierda y eso irrita a Catra, ella ni siquiera sabe que responder, Adora no espera una respuesta y continua —¿Cómo estás?
Catra no entiende que está pasando con Adora y porque le habla tan casualmente, aunque tampoco es diferente a cómo le habló el domingo. Su molestia sube hasta expresarse en su rostro.
—¿Qué demonios, Adora? — le reclama intentado apartarse, Adora mantiene su mano sujetándola del codo y al alejarse, la mano se desliza hasta la mano de Catra, quien es consciente de eso, pero no hace nada para soltarse.
—Lo siento, lo siento, no pensé que te asustaría tanto— Adora aun sonríe, aunque también parece algo preocupada.
—No me asuste, tonta— por fin se suelta cuando siente el pulgar de Adora moviéndose suavemente en una obvia caricia, se cruza de brazos poniéndose a la defensiva— ¿Qué quieres?
—Saludarte y saber cómo estas y— superando su nerviosismo habla directo al punto— ¿Nos vemos en el almuerzo?, me gustaría comer contigo— sorprende a Catra con la sonrisa nerviosa y el ligero tropiezo en sus palabras. Adora la mira expectante.
—No —la respuesta llega rápido y en seco.
—Eh? — la rubia en realidad no esperaba una negativa tan rotunda y rápida.
—Dije que no, come con tus amigas las princesas— Catra tiene que esforzarse por no responder a la carita triste y desilusionada de Adora. Casi se muerde la lengua porque técnicamente ahora también es una princesa. Ella quiere terminar está incómoda conversación así que le da la espalda a la rubia y trata de caminar lo más rápido que puede sin romper la regla de no correr en los pasillos.
—No, no, no, no —Adora se apresura a caminar delante de ella y levanta los brazos para detenerla— solo seriamos tú y yo, si quieres, solo tú y yo almorzando como... —"como en los viejos tiempos" casi dice, pero lo piensa mejor—como dos personas civilizadas.
Catra la mira con una ceja arqueada, obviamente, no convencida de las tonterías de Adora
"Ella no puede pensar que porque acepté las tontas barras y el pure quiere decir que me puede hablar como si nada" se dice y decide ser irritante.
—Como si fueras una persona civilizada, tantos golpes en la cabeza debieron causarte daño cerebral esta vez, te ves más idiota que antes —vocifera enojada y se reprende por no ser más creativa con sus insultos.
—Nop, estoy muy bien y hablo en serio —Adora se acerca mientras ríe y toma la mano de Catra, en un susurro suave y mesurado dice— Quiero almorzar contigo ¿sí?
Catra trata de no reaccionar al tono suplicante, mantente firme se dice a sí misma.
—En serio Adora, ¿Qué quieres? ya me uní al estúpido equipo, no necesitas convencerme o tratar de ser amable conmigo, ni siquiera tienes que hablarme —recuerda con dolor como se negó a hablar con ella en compañía de sus amigas — se cuánto odias hablar conmigo así que no tienes que hacerlo.
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Como yo a ella
FanficCatra esta amargada porque Adora la "abandono" por sus nuevos amigos y se resigna a nunca mas volver ser su amiga. Cuando se ve obligada a unirse a las "princesas" para poder obtener créditos deportivos Adora encuentra una excusa para intentar rec...