Secret Alpha

OO5

Harry había hecho su misma rutina en la mañana, dejando a su mascota en su hogar.

También lo había sacado a pasear por la mañana para que hiciera sus necesidades y raramente el animal no lo hizo.

El rizado pensó que era porque no tenía ganas o necesitaba más comida, al regresar se la daría.

Pasó su mañana en su trabajo junto a Zayn, tenían planeado salir por la tarde para recompensar el día anterior ya que se podían escuchar los gruñidos del ojiazul desde la sala.

—Harry creo que no podré ir contigo a tomar un café contigo, mamá me ha llamado para que cuide a una de mis hermanitas así que tendré que irme temprano. —dijo el morocho, soltando un suspiro—Mamá dice que Sab comió muchos chocolates así que terminó enferma en la escuela.

—Umm está bien, Zaza. Podemos ir otro día, envíale fuerzas de mi parte a Sabrina. —pidió con una sonrisa en el rostro, ladeando la cabeza—Podemos salir otro día, entiendo que no puedas hoy.

Ambos chicos sonrieron y luego siguieron con sus tareas, las cuales debían entregar ese día.

Harry volvió a su casa a las dos de la tarde, llevaba varias cosas que había comprado también llevaba unas flores que el morocho le había regalado antes de irse a ver a su hermanita.

Llevaba dos bolsas de papel que tenían algo de comida y golosinas para él, más las croquetas para Louis.

Al entrar al edificio tuvo que subir por el elevador porque estaba realmente cansado y no quería caminar para subir a su piso y departamento.

Entro rápidamente al departamento dieciséis y milagrosamente todo estaba en orden o al menos eso parecía.

—¡Cachorro volví!—llamó el rizado con voz alegre esperando por las patas ruidosas del perro ojiazul.

Nadie corrió hasta él, eso lo preocupó.

—¿Louis? ¡Cachorro ven conmigo!—pidió el ojiverde, dejando las cosas sobre la mesa de entrada.

Silencio.

Recordó que Liam le había advertido que si había silencio significaba una travesura o se había escapado, Louis solía ser muy ruidoso.

—¡Cachorro ven!—dijo una vez más, comenzando a caminar en busca del animal.

El ojiazul estaba vomitando en la cama del rizado, vaciando todo su estómago por las croquetas que había comido en la mañana.

—¡Ay!—Chilló el rizado, bajando rápidamente al animal de encima—No, no, ¡Perro malo! Ugg, manchaste mis sábanas.

Tomó rápidamente las sábanas en sus manos, corriendo para dejarlas en la lavadora.

"Gracias Harry, casi muero pero solo importan tus sábanas de tigre" pensó el lobo, soltando un bufido.

El rizado limpió su cuarto rápidamente, poniendo todo en la lavadora para que se lavara y secara rápido.

—Por dios cachorro, basta de hacer desastres o tirar sustancias de tu cuerpo sobre mi o mis cosas. —pidió en voz baja, poniendo su mano sobre su frente—No sé porque lo haces pero ya hablamos de esto y está muy mal que lo hagas ¿Entendido? Por favor no hagas más desorden, vengo cansado de trabajar y tú me das más trabajo.

Louis lo miró con ojos tristes, su estómago dolía demasiado por haber comido las donas que el rizado había comprado hace unos días, las encontró y sin pensarlo se las comió todas, ahora le dolía todo.

—Ahora estás castigado así que ve a tu rincón por favor. —pidió con un tono demandante fingido, señalando el pequeño rincón que había hecho especialmente para el ojiazul.

El contrario obedeció sin protestar, echándose en su nido con las orejas completamente bajas. Se sentía muy mal.

"Okay lo bueno es que ya se acabó, ahora mi estómago, ay no esperen..." Se levantó rápidamente de su lugar para no ensuciarlo, vaciando nuevamente su estómago solo que esta vez en la alfombra.

—¡Louis por dios!—Chilló el rizado, tomando la alfombra una vez el animal terminó de vaciarse.

Repitió el mismo proceso que hizo con las sábanas, dejando todo en la lavadora.

—Suficiente, voy a llevarte con un veterinario ¿Si? Vamos a ver que te ha caído mal y te compraré medicinas. —murmuró el menor, acariciando con cuidado las orejas de Louis.

"¿Veterinario? Okay no creo que sean tan inteligentes para averiguar que soy un lobo ¿Verdad?" Pensó el lobo.