O25

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Hoy era un día normal como cualquier otro, el rizado no tenía que ir a trabajar así que se quedó en casa, el castaño se quedó junto a él para hacerle compañía.

Éste último estaba algo indeciso con la propuesta que iba a hacerle al rizado, no sabía si aceptaría o se negaría.

No perdía nada con intentar.

—Oye Harry... —lo llamó en voz baja, acariciando la cabellera rizada con sus dedos.

El rizado sonrió de lado, girandose levemente para verlo—¿Qué sucede?

Louis cerró los párpados, soltando un suspiro—Hay una parte del cortejo en donde... el alfa lleva al omega a un bosque para recordar su naturaleza, que ambos son destinados y deben estar juntos y comenzar a aullar a la luna juntos.

Harry soltó una risita, negando varias veces—Yo no tengo un aullido, además siempre me dieron miedo los bosques y esas cosas, es un no.

El castaño asintió, soltando otro suspiro—Sí... está bien, no es tan importante de todos modos.

En realidad era muy importante para él.

Iba a llevar al rizado a un bosque al cual le tenía mucho cariño, pues en ese bosque su padre le enseñó a transformarse cuando era apenas un cachorrito, le gustaba pasear por el lugar en su forma animal y aullarle a la luna, hablar con ella a veces, por más tonto que pareciera lo amaba.

Aunque tampoco podía obligar al humano, no quería hacerlo.

Por otro lado el rizado pudo sentir un leve aroma a algo muy amargo.

Harry suspiró, quizá debía acceder al deseo del hombre lobo. Él se estaba esforzando para adaptarse a las costumbres humanas así que él también podía adaptarse a algunas costumbres de lobos.

—Está bien, podemos ir. —asintió con una sonrisa, girandose para verlo fijamente.

Louis sonrió en grande al escucharlo, realmente estaba muy emocionado de mostrarle el bosque—¿De verdad? ¡Gracias Harry! No sabes lo feliz que me haces al aceptar, ese bosque es muy especial para mi.

—Está bien, está bien. —soltó una risita, ladeando la cabeza—Ya no te pongas emocionado, por favor, vas a orinar mi sillón.

El castaño rió de nuevo, negando varias veces—No me voy a hacer pipí, ¡Es que estoy tan emocionado, Hazz!

—Okay, voy por unas cosas para poder ir al bosque esta noche, no quiero que los mosquitos me coman vivo.

Pero el hombre lobo frunció el ceño confundido, mirándolo incrédulo—¿Vas a llevar algunas cosas? ¿Que te coman vivos los mosquitos? ¿Eh? ¿A qué te refieres?

Harry hizo una mueca, esperando que no fuese alguna costumbre extraña de hombres lobos—Pues um... sí, necesito llevar un repelente de mosquitos y ropa para dormir, creo que tengo bolsas de dormir y una tienda de acampar que papá compró hace dos años.

—¿Para qué llevarías eso?—preguntó con una sonrisa—Cuando yo voy al bosque me convierto en lobo y cuando vuelvo a mi forma humana la paso desnudo toda la noche, creí que harías lo mismo.

—Uh... yo no haré eso, no me gusta estar desnudo al aire libre así que voy a llevar una pijama y ropa para mañana, tampoco pienso dormir en el suelo por si eso piensas. —advirtió, alzando las cejas—Así que tú también debes llevar ropa, no es normal ver a tus "amigos" desnudos en el bosque, solo lo haces con tu novio o tu sexo casual.

Louis batió las cejas divertido por las últimas tres palabras—¿Serás mi sexo casual?

—Estoy a poco de terminar el cortejo y mandarte a tu bosque con todas tus cosas. —advirtió con el ceño fruncido, señalando la puerta—No soy ningún sexo casual, vuelve a decirme eso y te voy a arrancar los ojos.

—Ya, ya, deja de ser tan irritado. —soltó una risa, revolviendo el cabello del menor—Okay mocoso, ve por todas tus cosas para ir al bosque esta noche, te juro que serás muy especial.

Harry está a punto de soltar un gritito de feliz, jamás había tenido una salida especial con alguien que no fuese su familia.

—Okay, voy por mis cosas y vuelvo. —asintió varias veces sin borrar su enorme sonrisa. Se levantó rápidamente del sofá para ir a su habitación, pero antes de subir a la misma corrió hasta el castaño y dejó un beso en su mejilla.

Los párpados del ojiazul se cerraron unos segundos al sentir el suave toque en sus mejillas, un besito muy cálido y amoroso.

Aunque no le guste admitirlo, él amaba las muestras de afecto que mínimamente le daba el rizado.

—Ya mocoso, corre por tus cosas y luego nos vamos. Estoy seguro que te encantará el bosque, es muy lindo y estaremos juntos.

Harry asintió aún sin borrar su enorme sonrisa, corriendo escaleras arriba por su maleta.

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