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"Humano ya te dije que no necesito ir con un tonto veterinario" pensó el lobo ojiazul, metiéndose debajo de la mesa.

—Louis ven por favor, algo te cayó mal en esa pancita y tenemos que ir al veterinario para que te revisen. —habló el rizado, frunciendo levemente su nariz.

Tiró suavemente de la cola negra, sacando al ojiazul de su escondite.

—No seas un cachorro caprichoso por favor, necesito llevarte al veterinario para averiguar que hizo que tu pancita se sienta mal.

Louis soltó un bufido, caminando hasta él.

"Está bien pero si te enteras que soy un lobo es tu culpa, yo no te pedí ir al veterinario" pensó y batió su cola lentamente.

Harry le puso un bozal y la correa para llevarlo, iba a llevarlo caminando porque quizá eso era lo que necesitaba el ojiazul, un poco de aire fresco.

Además necesitaba despejarse un poco, había pedido permiso para faltar a su trabajo ya que la salud de su mascota era importante para él.

Igualmente quería descansar un poco, la próxima semana sería San Valentín y seguramente su libreta explotaría de pedidos en esa semana.

Retomando las actividades del rizado, bajó por las escaleras junto al animal hasta el piso de salida, le dio unas indicaciones al portero y pagó su parte por el uso del ascensor.

Después de hacer eso caminó hasta la salida con el animal, llevando al mismo a su lado.

—Luego de esto ya no te daré más croquetas, por cochino vomitón. —asintió el rizado, tirando suavemente de la correa

Habló con el animal, batiendo su cabeza.

—Además aún estoy molesto porque me mojaste con tu orina así que ahora sumas más el castigo, pero jamás olvides que te amo.

"Yo jamás olvidaría eso, yo tampoco dejaré de amarte nunca" respondió Louis en sus pensamientos, removiendose un poco.

Harry siguió hablando y hablando sobre las reglas, castigos y recompensas que le daría dependiendo sus acciones.

"Yo me voy a portar muy bien si me sigues dando de esas deliciosas croquetas" prometió el ojiazul, asintiendo con su cabeza.

Al llegar al veterinario tuvieron que esperar en la sala junto a otras personas y Harry no entendía porque la gente los veía de manera extraña. Por suerte el lobo se portó muy bien a su lado, esperando su turno para pasar con el doctor.

—Harry Edward Styles tu turno. —habló una chica, alzando la mano para llamar al rizado.

—Es nuestro turno así que portate bien ¿Si? Por favor. —susurró el rizado, entrando a la clínica junto a su mascota.

El veterinario iba a saludar pero se quedó con la palabra en la boca, abrió sus párpados más de lo normal.

Ese animal sin duda no era husky.

—Buenas tardes. —sonrió levemente el ojiverde, dejando ver sus hoyuelos.

—Um... buenas tardes, por favor sube a tu mascota a la camilla. —pidió el veterinario, poniéndose los guantes—Quitale el bozal, será un chequeo completo.

El menor hizo lo pedido rápidamente, subiendo al lobo a la camilla con cuidado.

—Está bien, puedes esperar. —asintió el contrario, haciendo un chequeo completo al animal.

Era fácil averiguar que el ojiazul era un lobo, sus patas eran grandes, sus orejas eran grandes, sus colmillos eran extremadamente grandes para matar a algún animal.

Al terminar volvió a ponerle el bozal al lobo, bajando al mismo de la camilla con cuidado.

—Okay Harry, tenemos dos noticias que una es buena y otra es mala. —dijo el veterinario, hablando despacio.

—Uh, dígame primero la buena. —asintió el rizado, acariciando las orejas del ojiazul.

—La buena es que Louis está en buen estado, está saludable y tiene la altura para su edad. —asintió, mirando al animal.

Harry asintió, soltando un suspiro. Louis estaba bien—¿Y la mala?—preguntó en voz baja, acariciando las orejas del animal.

—Primero que nada tengo que preguntarte algo y quiero que me respondas con toda sinceridad. —pidió el rubio, mirando al rizado con una mueca.

—Mhm claro que lo haré, pero ya dígame que sucede por favor.

—¿Usted ha comprado el perro o lo adoptó?—su mirada se fijó nuevamente al animal ojiazul, mirándolo de patas a cabeza.

Harry batió su cabeza, no sabía que tendría que ver eso—Lo adopté hace unos días.

—Está bien que hayas adoptado pero hay un problema. —murmuró con la mueca en su rostro—Tu mascota no es un husky, es un lobo de hace mucho tiempo y lo puedo comprobar porque es más grande que un lobo normal, a este tipo de lobos se les conoce como "pura sangre".

Secret Alpha Donde viven las historias. Descúbrelo ahora