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"Cicatrices tan profundas"

Stolas jugaba con un pequeño palo seco sobre las hojas de la vereda. Con ojos curiosos miraba de vez en cuando la casa de su albino amigo.

Ya con tres años de conocerse habían formado una bonita amistad; Aunque por lo general pasaba más tiempo con Mikey que con Baji y Haruchiyo.

Los gritos que salían de vez en cuando la hacían sobresaltarse pero decidió no prestar mucha atención, sabía que el chico tenía problemas familiares. Habían hablado muchas veces de ello y por lo general, según Haruchiyo, todo era culpa de su pequeña e irritante hermana menor.

Stolas se llevó la mano a la boca y comenzó a mordisquear ligeramente su dedo pulgar.

Más gritos se oyeron y ruidos de cosas romperse.

La ojiazul frunció el seño con molestia; era sumamente estresante oír tanto alboroto ¿A caso los vecinos no se quejan?, en su país si era normal pero, Japón no era Argentina ¿Verdad? Los asiáticos odiaban el ruido.

La puerta se abrió y el albino salío dando un portazo, tenía la mejilla casi tan roja como sus ojos lagrimosos. Al verla rápidamente se sorbio los mocos y le sonrió.

_Hola...

Stolas se puso de pie y se acomodó la falda, intento fijar su atención en los grandes ojos celestes del chico y no en sus golpes. El varón Agradeció esto.

_Hola ¿Te hice esperar mucho?.

La pelinegra negó.

_ No... ¿Vamos a comer? Quiero comer carne..._ Declaró la fémina.

Ambos niños emprendieron su viaje por las calles de Tokio. Vagando durante mucho tiempo y solo platicando sobre cosas tribales, Haruchiyo se dio cuenta de que Stolas no lo juzgaría.

Ambos frenaron en un puesto de Onigiris y se sentaron en el barandal de un puente.

_¿Sabes? A veces me gustaría no tener hermanos... _ Comentó repentinamente el chico _ Así todo sería más fácil.

Stolas torció la cabeza mientras masticaba lentamente su bola de arroz de Atún. Ella no tenía más familia que sus padres, bueno, su madre. ¿Le hubiese gustado tener hermanos mayores o menores? No lo creía, se veía problematico.

_Entonces no los tengas..._ Dijo como si fuese lo más obvio del mundo.

Sanzu no comprendía.

_ Es decir ¿Hay alguna ley que te obligue a tener familia? _ Cuestionó insegura pero bastante comprensiva _ Si alguien te pregunta si tienes hermanos simplemente di que no los tienes, después de todo, no es como si fuera tan importante negarlos.

Sanzu asintió brevemente y miró por varios minutos a la chica.

_ ¿Tu lo has hecho?_ Preguntó intrigado.

Stolas lo miró y forzó una sonrisa.

_ No; Mi familia no era tan mala como crees _Contó _ Papá era un buen hombre que nos amaba; A Mamá y a mi... Aún me cuesta hacerme la idea de que ya no esté pero ¿No es ese nuestro propósito? Nacer, crecer, procrear y morir... Se siente como si fueramos insignificantes motas de polvo...

Sanzu asintió algo distraído.

Ella tenía razón.

_Pero... Ellos son mis hermanos...

Stolas le dio un mordisco a su bocadillo.

_ ¿Y eso que?... Mira Haruchiyo, se que la sangre que corre por sus venas también corre por las tuyas ¿Si? Y eso no puede cambiarse _ Explicó _ Desde el día de tu nacimiento hasta que te mueras serán familia; ¡Pero eso no significa que puedan hacerte infeliz! Tu no eliges a tu familia pero si puedes elegir cuanto pueden influirte ¿Me entiendes? Tu no necesitas de ellos para ser una persona individual.

S H O R T Y  IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora