S H O R T Y I

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"De entre toda la gente, tenias que ser tu..."

Los tres hombres habían llegado a la zona escoltando al sub-lider de la pandilla; Sus hombres marchaban sobre sus motocicletas rumbo a Roppongi con la intención de luchar si era necesario, habían sido consciente de que varios hombres de Roppongi habían ingresado a su territorio para hacer alborotos e intimidar a la gente, y eso no le agradaba en lo absoluto a los Dragons.

_ Takeomi, ¿Estas seguro que es así de conveniente ir a hablar con los líderes? He oido decir que los hermanos que lideran ese territorio son sanguinarios y en verdad muy problemaricos_ Cuestionó Benkei torciendo los labios.

El de la cicatriz asintió brevemente sin quitar la vista del camino.

_ Shinchiro no quiere problemas y considera que esto es lo mejor para evitarlos..._ Declaró doblando en una esquina y siendo seguído por sus hombres_ Ademas no vamos con intenciones de pelear... Aunque...

_Lo haremos si es necesario ¿ Verdad? ¿Es a eso a lo que te refieres? _ Preguntó Wakasa.

El de la cicatriz asintió brevemente y siguieron con su camino.

_¡¡Mire Jefe!! ¡¡Ese es el galpón!!_ Gritó el encargado del estandarte.

Era un enorme galpón abandonado al final de la calle. Una espeluznante araña negra con el cuerpo formado por una especie de calavera estaba pintada en la puerta de la entrada mientras que en el restó de las paredes frontales unas serpientes enrolladas y coronados por flores se extendían con magnificencia absoluta como símbolo de pertenencia a
los soberanos de Roppongi.

El olor a humo y gasolina hacían pesado el ambiente y dificultaba el respirar incluso desde antes de llegar, los Dragons notaron el aura tenebrosa que despedía aquel sitio y un repentino escalofrío recorrió su sus espaldas.

Una vez estacionados los tres mayores se volvieron en dirección a sus subordinados.

_Nos ocuparemos de esto ¿Si?_ Declaró Takeomi mirando a los pandilleros.

_En caso de problemas daremos una señal notable y podrán entrar, pero hasta entonces deben mantener un perfil bajo..._ Agregó Benkei torciendo su nariz por el desagradable aroma.

Wakasa solo permaneció en silencio mirándo como sus subordinados asentían en su dirección. Los tres varones se encaminaron en diréccion a la gran entrada y posterior a un rítmico golpeteo fueron recibidos por un muchacho moreno de trenzas decoradas en pequeños adornos dorados cual oro.

Este tenía un rostro en verdad agraciado y una mirada tranquila, pese a ser de la misma altura de Takeomi este por alguna razón se sentía demasiado pequeño en comparación al chico y lo demostraba evadiendo aquellos finos ojos grises.

_Querémos ver a esos líderes tuyos_ Se apresuró a decir el más pequeño de los tres, también inquieto por esa mirada tan fija y egocéntrica que los hacía sentirse como bacterias insignificantes frente a un dios.

El moreno los miró en silencio y, recién notandolo, lo vieron quitar el cigarrillo de su boca y tirarlo al suelo. El humo lechoso y pesado se escapó de entre sus labios gruesos y carnosos como si se tratara de una esponjosa nube blanca para perderse posteriormente en la suave brisa.

_Se dice Buenos días, pequeño altanero..._ Su voz ronca y lasciva podía hacer temblar a cualquiera, pero en Wakasa solo incremento su molestia _ Se supone que si visitas la casa de alguien avisas con anticipación, cuidas tus modales y llevas un presente como muestra de agradecimiento... Pero ustedes no hicieron nada de eso ¿Deberiamos recibirlos...?

Unos pasos llamaron la atención de los Dragons, a espaldas del moreno un albino de pinta alocada se hizo presente cargando e sus hombros dos cuerpos destrozados y ensangrentados con el rostro desfigurado por completo, en su otra mano llevaba lo que parecía ser un bolso deportivo negro cargado y unas llaves de furgoneta.