Capítulo 23

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Connecticut

Ava

Ha pasado casi un mes, han sido semanas en las que no puedo odiarlo más y añorarlo al mismo tiempo, me saca de quicio y es lo que trato de hacer con él: volverlo jodidamente loco. verlo todos los días con su porte serio, guapo siendo la perfección que es me dan ganas de disfrutarlo como me gusta pero el enojo y la humillación regresan a mis pensamientos para recordarme la clase de hijo de puta que es.

Halsey y Katy están deacuerdo en que debería escuchar razones para tomar una decisión pero no pasará, no por ahora; cuando les conté lo sucedido no podían creerlo y yo seguía en shock recordando las veces que me ilusione como una idiota.

No puedo negar que he flaqueado muchas veces y cada que lo tengo cerca me prende a niveles inimaginables, en algún momento debe dejar de pasar solo es cuestión de tiempo.

Llego a la universidad con minutos de retraso es de esos días en los que no me puede ir peor, me he levantado tarde, no he desayunado lo cual me pone de mal humor, antes logre ducharme y estar presentable pero es de esos días que el mundo conspira para retrasarte. Salgo corriendo a mi clase con Nelson, esa señora me odia y dudo que ahora quiera dejarme entrar. Doblo la esquina del pasillo y choco con un torso duro y unas manos que me sostienen de la cintura firmes para no dejarme caer.

Mi piel se eriza al instante y al reaccionar me encuentro en brazos de Edan que me mira con esos ojos brillantes con mandíbula tensa, su fragancia me embelesa sin lograrme estabilizar por completo. Nos miramos fijamente lo que parecen ser horas pero en realidad no es mucho tiempo.

En el pasillo de fondo se escuchan pasos acercándose y logro identificar la voz del decano, trato de separarme pero enseguida me abraza de la cintura para meternos en un cuarto a oscuras, por el olor a desinfectante sé que es el cuarto de limpieza pero me pone los nervios de punta.

-Al decano no le hubiera gustado ver eso.- Edan se burla.

-Con separarnos era suficiente no necesitabas secuestrarme en este cuarto.- Ambos susurramos, aún se escuchan voces al otro lado.

-¿Querías darle tú las explicaciones?.- Me dice y me mantengo en silencio.- Eso pensé.

Me siento ansiosa al estar aquí encerrada, no hay mucho espacio para moverse pero el solo hecho de su olor, su presencia me pone a pensar cosas que no debería. Volteo para ignorarlo y tratar de ver a través de la rendija pero no se logra ver nada, aún se escuchan voces cerca y no queda más que esperar.

Cuando estoy por darme vuelta sus manos se posan a cada costado de mi cabeza, mientras que se acerca cada vez más a mi, su aliento a menta choca con mi cuello y ya con eso siento que me empapo.

-¿Lograste ver algo?.- Me susurra al oído mientras juguetea con su nariz en mi cuello moviendo mi cabello y mi cabeza explota. -Hueles delicioso.

Su imponente figura se pega a mi espalda y puedo sentir su erección en la espalda baja, cierro los ojos para contenerme pero me idiotiza.

-No...- Mi voz es casi inaudible y sale más como una súplica, pero le vale mierda y se refriega en mi.

-¿Sabes cómo me vuelven loco tus pequeñas faldas?.- Lo dice ronco en mi oreja y no puedo estar más excitada.

Me maldigo por haber traído falda el día de hoy, su mano baja hasta alcanzar mi muslo desnudo y pasa sus dedos dando caricias subiendo cada vez más, mi cabeza explota porque quiero que me toque y estimule pero a la vez quiero correr lejos y alejarme de lo que pueda pasar.

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