Capítulo 15

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Connecticut

Ava

Tengo muchos sentimientos encontrados, ira, decepción, celos y un cierto trago de amargura.

No quiero exagerar, ya que se ve que no está del todo cómodo con Harriet, ha tratado ella de llevarlo a bailar y éste se niega rotundamente, ella se acerca a él esperando una respuesta que afortunadamente no tiene, entiendo a Stevens y su deseo hacia Edan, pero utilizar el viejo truco de emborracharse para tener una respuesta o animarse a hacer alguna maniobra ya me da pena.

En cierto modo no estoy enojada por Harriet, ni porque estén los dos aquí bebiendo, me molesta la mentira, la huida, los si números de mensajes que dejé y las llamadas que ignoró, los sentimientos que estuve dejando a flote para quedar mal en estos momentos.

Tomo una bocanada de aire y trato de despejar mi mente, les aviso a las chicas que vuelvo en un segundo y ellas a pesar de estar hablando con un par de chicos me miran sonriendo sabiendo que haré algo y asienten guiñándome cada una un ojo cómplice.

Me dirijo al baño enorme con grandes espejos que está en mi sección y me doy el visto bueno, me retoco el labial, sello un poco mi maquillaje con polvo y peino mis hebras castañas con los dedos, por último acomodo mi vestido y dándome un último vistazo salgo en dirección opuesta a mi sección.

Camino a paso ligero ondeando mis caderas sintiendo la mirada de varios hombres recorriendo mi cuerpo.

El corazón me late desenfrenadamente (y odio admitirlo) al ver a Edan en la barra y como si fuera magnetismo cambia de dirección su mirada encontrándose con la mía, verde y gris de nuevo en una batalla.

Su mirada muestra desconcierto, sorpresa...hasta un poco de terror que me causa gracia y es inevitable ver que sus ojos pasean por todo mi cuerpo devorándome con la mirada, tensa la mandíbula esperando que haga algo pero está muy equivocado si cree que soy ese tipo de mujer.

Le dedico una sonrisa de suficiencia y me uno a la barra del otro lado donde ellos se encuentran.

¿Hacer un alboroto por un hombre?

No... soy más práctica que eso, y sé perfectamente que en cuestión de minutos habrá un hombre interesado en llevarse mi atención.

Rogar por atención es algo que nadie debería hacer... y yo no lo haré más con Edan.

Hay un asiento vacío a mi lado y dentro de la barra hay un camarero hablando y moviéndose  efusivamente mientras sirve tragos, se ve muy divertido mezclando bebidas y soltando chistes coquetos a las mujeres.

Espero que no pierda el trabajo por su espectáculo ya que parece pasárselo bomba; suelta una sonora carcajada por algo que le dicen y al observarme le deja el trabajo a otro camarero y se acerca a mi.

-¡Pero que bello ángel!.- Me dice con una sonrisa en el rostro y no puedo evitar sonreír.- ¡Wow belleza calma! Con esa sonrisa vas a parar mi corazón.- Hace una falsa mueca y se toca el corazón exageradamente.

-¿No perderás el trabajo?.- Pregunto sonriendo señalando lo que hace un momento hacía.

Él se ríe a carcajadas y es muy lindo ya que es alto, fornido, ojos color miel y cabello castaño, en verdad es muy atractivo y ahora comprendo por qué hay muchas babeando por él.

Por un costado del atractivo camarero puedo ver la mirada clavada de Edan a mi persona y finjo no notarla.

-Puede ser... aunque son algunas ventajas de ser el dueño, bello Ángel.- La verdad no me sorprende, se ve que es el mejor trabajo que pudo escoger ya que en verdad disfruta lo que hace.- ¿Qué quieres tomar?.

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