Capítulo 45

4.7K 184 16
                                    

Preparativos

Ava

Nadie me advirtió que compaginar la universidad con los preparativos de una boda era agotador, hace semanas que llevo buscando una wedding planner y ha sido imposible.

-Todo sería más sencillo con una planeadora.- Digo al aire sentada en el salón con un montón de revistas de novia.

-El dinero no es problema nena.- Edan responde a mis espaldas y volteo burlesca.

Claro que el dinero no es problema, lo comprendí cuando me dio su tarjeta grisácea hecha de titanio; cada que pago algo todo el mundo salta los ojos al verla, los empleados hacen llamadas al banco y Edan dió autorización para que pueda usarla en todo momento. Intenté convencerlo de que yo pagara también pero se negó rotundamente y quiso que todo corriera por su cuenta para asegurarse que tuviera todo lo que yo quisiera.

Es absurdo lo rico que es este hombre...
En todos los sentidos posibles.

-Sería fácil si no fueras tan atractivo y todas las planeadoras te tiraran los tejos.

En cada lugar que vamos se lo comen con los ojos y no me importan sus coqueteos lo que me exaspera es que se vuelven idiotas y no hacen bien su trabajo por darle atención al señor.

Suelto la revista y me levanto con los brazos cruzados delante de él, está con sus típicas gafas de lectura calificando tareas.

»Podríamos probar poniéndote una bolsa en la cabeza.- Edan se carcajea dejando a un lado las hojas y tomándome sentándome en su regazo.

-No creo que sirva de mucho, tendrías que cubrirme completo.

-Don ególatra está presente hoy.

-Un poco, aunque debes admitir que es la verdad.

-Tal vez si.- Mi vista recorre sus brazos, hombros, su pecho para terminar por detallar su cincelado rostro y conectar sus ojos con los míos que están más oscuros que hace un momento.- Aunque... he visto mejores.

Me muerdo el labio inferior para no reír por su expresión seria. Claro que no he visto mejores, este hombre es perfección pura.

Se levanta como rayo y camina dejándome en su hombro como si no pesara nada.

»¿A dónde me llevas?.- Río cuando me da un azote.

-A nuestra habitación.- Responde cortante.

Aún no me acostumbro a que todo lo maneje como "nuestro": Nuestra habitación, nuestro departamento, nuestro dinero, nuestro armario, nuestros sobrinos. Absolutamente todo lo maneja así y yo me derrito cada que lo dice.

Hace dos semanas me mude oficialmente, Kalen era el más feliz yendo de un lado a otro ayudando moviendo mis cosas a la habitación. El pequeño monstruo se puso celoso cuando le contamos de Drew, casi llora cuando se entero que pasamos un día completo con otro sobrino que no era él y se calmó cuando le tuvimos que prometer llevarlo con nosotros la próxima vez.

Salgo de mis pensamientos cuando caigo en un colchón suave y no puedo ocultar la risita tonta que me sale.

Edan sube encima de mí y alza mis manos por encima de mi cabeza, su seriedad hace que cambie mi risita a una nerviosa a la expectación de lo que me hará.

»¿Puedes repetir lo que dijiste en el salón?.- Su voz... ronca y tan seductora.

-He visto mejores.- Alzo una ceja para retarlo, aunque mis piernas estén temblando.

-¿Estás segura?.- Su otra mano me sujeta del cuello para pasar su pulgar por mis labios.- Sabe que no me gusta que me mientan señorita Collins.

Oh quiere jugar.

APETENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora