❐ ❛ Our son ❜ ( Jeremike/Fitzafton )

Día en el parque

—Y esa es la historia de cómo casi me agarró a putazos en la calle con él señor Afton. —Dijo Jeremy mientras le daba otro sorbo a su tasa de té. —¿Y qué opinas abuela?

—... —Marie y Gabriel intercambiaron una obvia expresión. No era ninguna novedad el qué Jeremy se dejará llevar por las amenazas de alguien más y acabara en un innecesario pleito. —¿No puede haber ni un sólo día en el que no acabes lastimado? No sé que tanto te hicieron en la cárcel, cuando cruzaste fronteras o en Latinoamérica, pero regresas a Hurricane y ya te amenazaron con un arma, casi te atropellan, te cortaste con las aspas de una licuadora, y casi te peleas con el señor Afton por una estupidez.

—...¿Mi vida está llena de sorpresas?

Marie dejo escapar un largo suspiro, mientras que Gabriel negaba con la cabeza sin quitarle de encima esa mirada llena desaprobación.

—Jeremy, me alegra que busques una manera de arreglar las cosas, que a pesar de todo quieras a tu hijo, y que intentes ser un hombre responsable, ¿pero no crees que se te está escapando algo?

—Eh, ¿No?, ¿A qué te refieres con eso, abuela? —

—Creo que es hora de que Jack y tú se conozcan más a fondo, y tengan una linda tarde padre e hijo. —Le explicó la mujer dejando su tasa de té sobre la mesa.—

—Pero si él y yo convivimos cuándo nos vemos por la mañana y en la noche, cuando yo vuelvo del trabajo.

—No seas wey, la abuela se refiere a que juegues con él, que platiquen sobre lo que han pasado, que intercambien opiniones y disfruten de un delicioso helado. —Aclaró Gabriel haciendo una ligera mueca. Sabía que Jeremy era un pendejo, pero no tan pendejo cómo para no saber que significaba pasar el tiempo cómo padre e hijo.—

—Ah, ya entendí. —Dijo el rubio soltando unas tenues risas por su falta de comprensión. —Mañana es sábado y estaré en el turno de la mañana, tendré toda la tarde libre y quizás pueda pasar tiempo con él.

—Bien, espero que así sea. —Agarró otra vez su tasa de té para darle otro ligero sorbo, sin quitarle la mirada de encima a su nieto mayor.—

—Uh, abuela, no sé si con todo esto de mi desaparición sea digno de pedirte uno de tus consejos.

—Jeremy, hagas lo que hagas seguiré siendo tu abuela. No importa cuántas veces me des en el pecho con cada una de tus acciones, yo siempre estaré para tí... En las buenas, y en las malas.

—... —Lo que la mujer había dicho lo dejo pensativo. Era cierto qué a pesar de los errores que había cometido y lo mucho que la lastimó en cada uno de ellos, su abuela permanecía firme y con el corazón en alto para apoyarlo en lo que necesitará, pero aún así, le había hecho pasar con la falta de su presencia; no estuvo ahí presente, pero pudo imaginarse las noches en vela de su abuela, dónde permanecía tras la puerta de la entrada en la espera a que su nieto regresará. —Tal vez luego te lo pida.

—Habla de una buena vez, Jeremy. —Insistió con autoridad en su tono de voz.—

—Está bien... —Tomó aire y busco las palabras indicadas para empezar a hablar: —¿Creés que Michael me perdone y podamos ser una familia común y corriente cómo cualquier otra?, De no ser así, ¿Que me aconsejas hacer para ganarme su perdón?

—Conozco a Michael desde que tiene doce años, y se lo rencoroso que pueda llegar a ser, así que no puedo decirte con certeza si será capaz de perdonarte o no. —Le respondió con sinceridad y siendo directa; Marie no era alguien que buscará palabras blandas para suavizar las cosas, ella decía las cosas tal y cómo eran. —El único consejo que te puedo dar es que no esperes a que Michael te de una respuesta, ya que hay más probabilidades de que sea negativa, y gánate su perdón haciendo buenas acciones, pagando los platos rotos y demostrando que puedes ser un buen padre y quizás un buen esposo.