Amigo vendas

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Pasó una semana desde que Springtrap escuchó a Jeremy y a Michael teniendo sexo y seguía sin sacarse ese recuerdo de la cabeza.

Un día cómo cualquier otro, el ocre se despertó de mal humor, pues su compañero de habitación estuvo en videollamada con su novia hasta las cuatro de la mañana, y creyendo que Springtrap estaba dormido, ambos comenzaron a hablar de cosas puercas que hubiese preferido nunca saber.

Primero Michael y Jeremy, ahora esos dos.
Definitivamente comían pan frente al pobre.

En fin. Springtrap decidió refrescarse echandose un chorro de agua fría en la cara, y luego fue a la cocina para prepararse un cereal. Su compañero se había ido a la escuela, así que aprovecharía esos hermosos momentos de soledad, privacidad y silencio.

Echó a su tazón el cereal azucarado y luego la leche, como cualquier persona normal haría.

Tomó asiento en una de esas sillas chafas con el logo de coca cola, y empezó a desayunar mientras pensaba en una nueva estrategia para su plan.

—Chale, creo que no hay otra forma de acercarme a ellos. Tengo que seguir espiandolos, pero ahg... maldita sea, son unos urgidos de mierda. —Se quejó rodando los ojos y volvió a recordar aquello; lo que provocó que sus mejillas se pusieran coloradas. Molesto, golpeó la barra y negó varias veces con la cabeza. —¡TE ODIO, MALDITA ABSTINENCIA!

Springtrap jamás tuvo algo contra Michael, pero tal parece que se sentía celoso de su suerte.

Se apresuró en terminar de desayunar, busco ropa limpia y espero a que saliera agua caliente de la regadera; a las doce tendría que salir a hacer un encargo, aunque sabía que le quedaría tiempo de sobra para espiar a la familla.

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Michael y Jeremy se encontraban en la lavandería del edificio. Charlaban entre sí mientras esperaban a que su ropa estuviera lista para poder meterla a la secadora, sin tener la menor idea de que Springtrap estaba afuera escuchando la tremenda conversación que ambos tenían:

—Y así fue cómo sobreviví al ataque de un mapache.

—Jeremy, ¿Te puedo preguntar algo?

—Claro Mike, con confianza.

—¿Por qué en todas tus aventuras siendo un vagabundo tenían que ocurrir cosas que casi provocarán tu muerte?

—...No tengo ni la menor idea, ¡y tú no tienes derecho a juzgarme!

—¿Por qué no? —Se recargó contra una de las lavadoras y lo miró arqueando una ceja.—

—Tu estás maldito por apellido, y te suceden pendejadas bien pendejas, pero que amenazan con acabar con tu vida ante cualquier y minúsculo descuido. —Rodó los ojos, y se sentó sobre una de las secadoras.—

—Ajá, pero tú mismo lo dijiste; estoy maldito por llevar un apellido que nunca pedí; un apellido que generación tras generación ha perturbado a cada integrante de mi familia. Estamos tan jodidos que de alguna u otra forma aprendemos a sobrevivir, pero lo tuyo... es pendejismo total.

—¡Ay, por favor! No hay ninguna diferencia.

—Escucha, Jeremy. Yo estoy consciente de que en cualquier momento me puede suceder una desgracia, y trato a toda costa de evitarla, pero tú no tienes cuidado de lo que haces, y tú mismo provocas que te sucedan ese tipo de weas.

—... —Quiso decir algo, pero no encontraba la manera de defenderse o refutar lo que su pareja había dicho. En conclusión, Michael le ganó.—

—Ja. —Se río, y lo miró con aires de grandeza. La lavadora aviso por medio de un pitido que había terminado de exprimir y se agachó para sacar la ropa en una canasta.—

❐ ❛ Our son ❜  ( Jeremike/Fitzafton )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora