La envidia era un camino que podía atraparte. Sentía celos, quería ser mejor pero se hallaba con una pared interminable como si el destino se burlaba de él.
-Ey, tú ¿qué haces holgazaniando?
Incluso si alcanzó el título de díscipulo principal, con toda su bolsa de huesos rotos y a penas curados, aún así debía tragarse cada palabra. No debía arruinar su fachada.
-Te dije ¿qué anda haciendo un holgazán de An Ding aquí?
Había trabajado tanto, podía hacerlo más. Pronto le enseñaría a todos esos por burlarse de él.
-Te dije... largate de aquí
Lo agarraron de sus ropas levantándolo del suelo, lo que vio fueron las horribles ropas de bai zhan. Aquellos brutos que no sabían ni hacer su papeleo.
Respiró, se palmeó sus túnicas y solo agachó la cabeza. Si peleaba con uno de esos brutos no podría ganarles, An Ding no se caracterizá por enseñar alguna técnica de ataque todas se caracteriza en protegerse y proteger la mercancía que llevarán.
-Lo siento, lo siento..
Sus miradas reductoras eran normales, aún así siempre le generaba esa ira helada. Sus manos se formaron en puño debajo de sus mangas mientras el grupo pasaba de largo hasta que todo fue silencio.
Siempre los más poderosos se burlaban de los más débiles. No todos nacen en cuerpos perfectos, no todos les dan una oportunidad tan perfecta o son elegidos y vistos como talentosos.
Se alejó, cuando estuvo alejado escogió un árbol de los que todavía era Bai Zhan y dejo que toda su ira se filtrará en un golpe. Si perdía el control todo lo que había conseguido se derrumbaría, si lo descubrían su cabeza sería la perjudicada.
Su cuello aún dolía por debajo de las capas de túnicas que vestía, su mano pinchaba por el sobreesfuerzo de este contra la madera de aquellos árboles que sobrevivían a los brutos de la secta. No había generado algún tipo de quebrantamiento a esta sólida superficie, no era algo de lo que podría sentirse feliz incluso si así se ahorraba tener que llenar aquel papeleo por algo tan mundano provocado por un impulso como este.
-Malditos.. brutos... no son ni dueños de todo.. no les voy a hacer su revisión mensual, que se jodan. Solo intentaba hacer mi puto trabajo, y se ponen así.
Descargó su rabia contra aquella planta, antes de alejarse acomodándo su cabello y escribiendo números al azar donde debía que estar la información de su informe. Su cabello estaba en orden, lejos de su rostro en una mejor cola que la que antes tenía que se había deshecho.
Llevaba siendo el díscipulo principal de su pico desde hace algunos años y aún seguía siendo una victoria vacía. Peleó mucho para tener su lugar ¿Para qué?
Estaba seguro que no fue para cumplir ,como algo más bajo, que un esclavo los exagerados encargos de su maestro como de sus propios "hermanos marciales". Podía oírles, como susurraban a su espalda sobre lo inútil y vago que era.
No quería tratarles con respeto pero su puesto estaba en peligro si uno de los mocosos hiciera llegar eco que él no fue respetuoso. No todos tenían al próximo líder comiendo de su mano, solo tenía una reputación manchada incluso antes de presentarse.
No había nada salvable en ese montaña y si lo hubiera no sería para él. Nunca para él, todas las buenas cosas se distribuyen para "los picos más importantes" y, quien hace que todo en las sombras funcione no obtiene los frutos más frescos sino las sobras. Así que tener que ver a ese demonio idiota no fue tan díficil, tenía que admitirlo sentía ganas de matar a ese cabeza de hielo desde el principio pero jurarle lealtad a ese ser demoníaco para conservar su vida y obtener algún favor futuro, sonaba más real que hacerlo ante aquellos once alrededor de la mesa que no le oían.