Aún sin entender que había pasado volteó su mirada por todo el lugar antes de ver de nuevo su computador. El sitio era demasiado grande y vacío como para ser su departamento pero su computadora de escritorio aún funcionaba, incluso si al ver atrás no vio ningún enchufe.
Entre el temor que subía por la espalda del humano, también había frustración. Se había pasado una noche entera escribiendo un capítulo de su obra que ya estaba alucinando, pero toda esta imagen solo no le lograba inspirar para el siguiente capítulo.
Los comentarios tuvieron que explotar con lo que había escrito, desafiando al protagonista y con una gran muestra de gore que podría satisfacer a sus edgys lectores. Avión podría jurar saber cuál era su público, ya la obra tenía sus años así que tantos sus peticiones como el dinero que le dieron que le dieron se convirtió en sus gustos por escribir. Pero sin inspiración había un gran porcentaje de haters que acabarían destruyendo su último capítulo por poner un final abierto.
Para tratar de acabar su imaginación tan realista trató de dormir en su escritorio, pero todo empeoró hasta el punto que saltó de su asiento al ver un pedazo de cristal saliendo de la pantalla del aparato. Cayó al suelo junto a su silla aun siguiendo arrastrandose porque aquel extraño objeto se le acercaba más y más.
- ¿Quién o qué demonios eres?
Sonaba valiente, a penas, ya que su sustento económico estaba en juego. Podía faltarle todo, incluso ganas de seguir siendo un escritor, menos su computadora y su acceso a internet que le había dejado una apariencia un tanto demacrada y desordenada.
[Querido usuario, debido a las ordenes que escribió para el destino de este mundo se le ha traído aquí para cumplirlas]
La mente del escritor, que estaba un tanto sobrecargada como para leer y escuchar las palabras robótica de aquella ventana lo hizo parpadear entreabriendo y cerrando sus labios como un pez en su acuario.
¿Ordenes? ¿Este mundo?
Sino estuviera en un lugar demasiado improbable de haber caminado solo, pensaría que malgastó su dinero para divertirse tal cual veinteañero. Ya casi tenía treinta como para esos gastos colgarán de su larga deuda de estudios que nunca pudo terminar, y de un hospital que solo sirvió para descansar por unos días.
-¿Puedo saber cuáles ordenes?
Si aquello lo había traído, cual inteligencia artificial, a un mundo un tanto raro. Tal vez podría abrazar sus muslos inexistentes para poder salir de este lugar, que podría darle a cualquiera ansiedad por las extensiones de vacío y silencio que solo succionaban tu propia voz.
[El personaje principal ya es el más fuerte de su mundo, no hay ser más poderoso que él. Este sistema, para crear a dos seres poderosos optó por traer al usuario 001/autor al igual que a este sistema como el último eslabón para cumplir con sus ordenes]
Aquello le sacó varias carcajadas al humano entendiendo que lo habían secuestrado para algo imposible. El único hijo protagonista que tenía era un personaje escrito, así que la única manera para que aquello fuera real sería que un fan loco se creyerá Luo Binghe.
No había un real Luo, un personaje roto tan en poder como en alma. Y si lo hubiera lo último que quisiera ver sería al autor de sus tragedias.
Siguió bromeando en voz alta, sin recibir respuesta de aquello que se hacía llamar sistema, hasta que algo se oyó cortandose cerca del lugar. Sino lo viera con sus propios ojos creería aún su teoría del fanático. Pero aquello era Xin Mo, reluciente como lo había imaginado en sus primeros bocetos que terminaron siendo distintos a los dibujos que vendió junto al capítulo cien de su historia. Y el único que podía cargarla era una persona que podría por su rostro y cuerpo ser comparado con una mujer que rondaba los veinte, siendo todo esto un truco que despistaba a sus enemigos pues debajo de esa ropa sus musculos tonificados y su largo pilar demostraban el verdadero protagonista alejado de los diseños "oficiales" del libro.
La imagen de aquel ser saliendo de la nada lo habían dejado petrificado en su asiento. Su hijo protagonista era real, y el peso de todo lo que escribió le hizo temer por su vida.
Iba a arrodillarse en el suelo, agarrarse de su túnica oscura suplicando por su vida o por una muerte rápida ya que aquel no lo conocía. Aun así no fue tan rápido como el sistema cagandole todo su plan.
[Bienvenido Protagonista Luo Binghe, este sistema le da la bienvenida a visitar al Dios de este mundo]
Su alma se escapó de su cuerpo ante aquella voz sin una.
¿Alguien podría cambiar su sistema o darle algún poder chetado para poder sobrevivir a esta situación?