En las tierras infertiles, donde los hijos del muerto gobernador se habían masacrado entre sí para lograr ascender al poder, muchos demonios menores entristecieron. Habían perdido la esperanza de que el príncipe que más era parecido al antiguo emperador Luo los guiará en un camino de paz. Todo eso porque lo habían encontrado muerto en su cama, con una carta sujeta entre sus manos.
Ni los mejores médicos pudieron despertarlo del sueño en el cual se sometió la última gota de la sangre noble de la dinastía Luo. Cada intentó fue infructífero, incluso el actual rey trató de mover sus hilos para salvarlo. Era como si aquel adolescente, único con la marca demoníaca completa, se hubiera rendido con esta vida.
A pesar del orgullo de los demonios, hubo pocos que lloraron, más de impotencia que de otra cosa. La descendencia que una vez brilló bajo la sombra de Luo Binghe, con la muerte de este último, murieron lentamente y sus poderes fueron perdiendose hasta que aquel muerto nació. Débil sí, con una nobleza considerada debilidad, que a la vieja noble dama le recordaba al fallecido monarca, pero fuerte de convicciones incluso defendiendo a un humano que apareció en su camino.
El reino se pintó de tristeza. Una lluvia corrosiva baño el funeral del príncipe incluso la espada XinMo perdió su poder ese día. Todos sentían dentro la pérdida del joven de negra melena incluso alguien colocó una flor de papel en su antigua habitación.
El palacio está de luto, demonios de distintos tamaños compartían el mismo pensar:
¡El hijo del rey se ha muerto!
¡La esperanza para la unión de los reinos se ha ido!
¡Se le ha muerto el hijo del rey!
¡El nuevo Luo se suicidó en su habitación!En las tierras más lejanas de este reino, unos humanos nómadas se establecieron repentinamente. Ellos no debían detenerse, pero la tragedia de una familia de pastores de rinocerontes alados gritó con tristeza hace pocos días.
La familia Shen era conocida en este pueblo, pues ellos ayudaban con la mayor parte de la crianza del medio en el que se transportaban. Ellos tenían tres hijo, y el del medio fue encontrado sin vida encima de su cama.
Su cuerpo se encontraba envuelto en una extraña paz sin nombre, después de todo a penas había un médico para exhumar y arreglar el cuerpo. La familia puso el cuerpo de Yuan en un ataúd forrado con la piel del mejor rinoceronte que tenían, mientras la madre renegaba al cielo y a los campos por la decisión de su hijo.
¡Todo hubiera sido diferente si su pueblo no visitará el reino!
Reclamó en alta voz en medio de su locura depresiva.
¡El príncipe mató a mi hijo!
Deliraba aquella mujer rascando la tierra que cubría aqurl ferretró barato. La hija menor se encargó del trabajo que la madre debía realizar, confeccionando flores de papel para adornar la tumba, sintiéndose culpable con cada pétalo que formaba.
Ella le prometió a su hermano no contar la verdad incluso si fue testigo de primera mano, después de todo el amor entre un príncipe y un plebeyo mancharía a su hermano.
Eso los dos amantes lo sabían. Enamorados que se encontraron por casualidad pero el amor de ambos surgio a primera vista, como si en una vida sus almas se hubieran conectado.Esos amantes lo sabían tan bien que escribieron para el otro una carta, y como signo de promesa su hermano, que no suele ser tan bueno para expresarse, le regaló una flor de papel para que el hijo del rey colocará y activará el hechizo que podría darles nueva vida.
Una nueva vida, que no sabía si ambos príncipes , amados, cada uno a su forma, la tendrían. El hechizo podría fallar o sus almas no soportar ser llevadas a otro cuerpo creado por extrañas semillas, tanto pudo pasar pero no tenía como averiguar la verdad.
Solo siguió realizando flores de papel rezando para que los amantes se pudieran encontrar.